La política de la carroña
En estos momentos tan terribles para muchas personas en la Comunidad Valenciana, en que afloran en toda España los más nobles sentimientos de solidaridad, junto con estos sentimientos se cuelan desalmados que quieren sacar beneficio político de los primeros momentos de caos que este tipo de situaciones arrastran.
Independientemente de que la gestión no haya sido la más adecuada, aspecto que requiere un análisis frío a posteriori para el que, seguramente, no es el momento, se alzan las críticas de muchos, que no tenemos ni base, ni conocimiento, ni formación para ser capaces en estos momentos de emitir un diagnóstico de los errores cometidos por los políticos que tuvieron que gestionar y gestionan estos episodios en un primer momento.
Este análisis crítico iniciado en muchas ocasiones por algunos medios de comunicación, directores de informativos y tertulianos expertos en todo con tal de mantener sus niveles de audiencia, ha alimentado a los oscuros buitres de la ultraderecha, siempre agazapados en su no política para aprovecharse de cualquier desgracia ajena, cuanto mayor mejor, empozoñando con sus garras dañinas a la sociedad mediante la negación de la política y del resto de los políticos que, con mayor o menor eficacia y con mayor o menor vocación, se tienen que ocupar en el día a día de gestionar estas situaciones, cosa que ellos ni hacen, ni saben, ni quieren hacer.
El problema es que la única inteligencia de estas aves carroñeras radica en utilizar hábilmente el populismo en un momento en el que mucha gente está hipersensibilizada y tiene muy baja la guardia de la inteligencia. Por ahí penetran hasta las vísceras de mucha gente de bien que, creyendo que actúan de corazón, son capaces de replicar en las redes de forma visceral las publicaciones de la ultraderecha, apoyando de esta manera a la peor antipolítica y al anarcocapitalismo más nefasto.
He visto en los últimos días cómo, de forma totalmente inconsciente, algunas personas muy cercanas a mí, que ni de lejos creo que tienen ideas próximas a la ultraderecha, comparten en Instagram historias y publicaciones carroñeras, algunas de ellas prostituyendo la frase de Antonio Machado "Solo el pueblo salva al pueblo" y descalificando en su totalidad a la política y a los políticos, lo que no significa más que cerrar las puertas a la democracia para abrir las puertas a ideas dictatoriales que, paradójicamente, lo primero que hacen es atar y apartar al pueblo de cualquier posibilidad de gestionar.
Curiosamente, cuando he intentado recriminar y explicar a estas personas y amigos que reproducen en redes estas publicaciones de la ultraderecha, he recibido algunas veces la contestación de que lo hacen porque es lo que siente su corazón en estos momentos. No, amigo; no, amiga: no hablas con el corazón, hablas con las vísceras que las carroñeras te han logrado inocular.
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