¿Esposados, para qué...?
Me ha parecido desproporcionada e innecesaria la medida adoptada en la detención del ex consejero de Educación de Asturias y de las dos funcionarias también procesadas en la misma trama.
Me refiero a esposarles como si se tratase de sujetos peligrosos capaces de agredir a alguien si les llevasen a Villabona con las manos libres de grilletes...
Pienso en sus familias, aunque al final resulten culpables, y la imagen de verles esposados estoy segura de que agravará el feo recuerdo de su detención.
No creo que fuese necesario. Conozco policías que no les habrían esposado si no hubiesen recibido la orden «de arriba»... Porque no se nos olvide, la Policía cumple órdenes estrictas, y «alguien», seguro, decidió dar la orden ejemplarizante de igualdad, que parezca que «todos los detenidos son iguales» ante la prisión preventiva. Que se vea que en Asturias «se hacen las cosas bien»...
Pero es que recuerdo muy bien al asesino De Juana Chaos en televisión, paseando con las manos libres por los jardines del hospital en el que se «recuperaba» aún detenido en España, antes de «volar» a Irlanda... (en todos los sentidos). Me parece un agravio comparativo infame haber esposado a estas personas y que la rata etarra anduviese suelta...
También recuerdo imágenes de Isabel Pantoja la cantante, y del bailarín flamenco Farruquito, homicida confeso, que mató a un peatón en un «paso de cebra», realizó omisión de auxilio, dio falso testimonio acusando inicialmente a su hermano menor de edad y además conducía sin carné. Ambos fueron detenidos sin ser esposados al conducirles a declarar ni al llevarles a la cárcel respectivamente.
Nadie estamos libres de pasar por una detención en algún momento, víctimas de un error o no, y se debería tener el gesto de no esposar a los detenidos no peligrosos. Sobre todo pensando en sus familias.
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