Cuatro palabras
Ha pasado ya una semana. Desde hace una semana tengo corazón y mente en Valencia porque físicamente no puedo estar allí. He llorado de pena, de impotencia, de rabia. Pero también de emoción viendo a todos los voluntarios que se han volcado en ayudar como han podido. Creo no equivocarme si afirmo que ha sido el desastre natural más grande ocurrido en España. Y durante esta semana he tenido cuatro palabras continuamente en la cabeza.
LAMENTABLE es la palabra que definiría todo lo que ha pasado. Lamentable el desastre. Lamentable cómo han gestionado el desastre el Gobierno autonómico y el central. Lamentable que ambos gobiernos estén mirándose el ombligo para ver cómo salen indemnes de esta. Lamentable que la última prioridad de ambos sean las víctimas.
Pero también hay otra palabra que supera a la anterior: SOLIDARIDAD. Es la palabra que está brillando por encima de todo. La solidaridad de todo un pueblo para ayudar a sus vecinos desde el minuto uno. Ayudar con todo lo que han podido y como han podido. Organizándose entre ellos. Trabajando hasta la extenuación. Manchados de barro completamente. Pero sin desfallecer.
Y cuando la ayuda "oficial" por fin ha llegado, los voluntarios han seguido ahí.
Hemos sido ejemplo de la peor gestión política de una tragedia. Pero también somos ejemplo de que nos desvivimos por nuestros vecinos. Desde el corazón y con el corazón. Y eso nos hace más fuertes. Muy fuertes. Indestructibles.
Y la palabra solidaridad trae asociadas otras dos: ESPERANZA y ORGULLO.
Esperanza en que el pueblo valenciano podrá superar esta tragedia como ha hecho otras veces, con cicatrices, pero la superará porque no están solos. Los políticos los olvidarán como hacen siempre con todos. Serán el barro que lanzar al contrario en campaña electoral. Pero nosotros no los olvidaremos. No podemos ni debemos olvidarlos, y sé que no lo haremos porque nosotros, los vecinos de toda España, también tendremos esta cicatriz en nuestro corazón.
Y, por último, debemos estar orgullosos de la solidaridad que hemos demostrado desde todos los rincones de España. Orgullo inmenso de trabajar codo con codo con el único objetivo de ayudar desinteresadamente para intentar aliviar una situación que les superaba y, aun así, sin desfallecer.
Tengo también otras cuatro palabras para los políticos. Pero esas no quiero plasmarlas aquí porque no quiero ensuciar esta carta, que lo único que pretende es dar un pequeño homenaje a todos los voluntarios que se están dejando la piel en Valencia.
Bueno, en realidad, hay una quinta palabra que no necesita más explicación: ¡¡GRACIAS!!
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