Padre se escribe con seis letras: R-a-m-i-r-o
Papi… ¿Has visto cuánta gente, cuánto amor y cariño?
Papi, ¿has podido sentirlo? Nosotros sí, y confío y deseo que tú también porque así lo mereces.
Me cuesta usar el pasado. También se me complica hablar de una despedida. Yo creo que toda esa gente no vino a decirte ningún adiós, papi, vinieron a agradecer que formaras parte de sus vidas, a recordarte, y todos ellos lo hacían con una sonrisa, y a acompañarnos a quienes nos quedamos rotos de dolor. Sé que es un texto repleto de tópicos, pero es que… cuando te toca te das cuenta de que no son palabras vacías, todo es cierto. Verdaderamente reconfortan las muestras de cariño y poder comprobar lo querido que eres.
Tus hijos e hijas tenemos amigos de verdad, de esos que no fallan, y sé que eso te ha hecho sentir mucho orgullo. Pero mamá y tú… ¡no podéis estar mejor rodeados! Familia y amigos que son familia de Huelva, Zamora, Madrid, de tu amada Ponga… nadie quiso faltar. GRACIAS. A los que vinieron, a los que escribieron, a quienes no pudieron ninguna de las dos cosas pero te tienen en el pensamiento a ti y a nosotros, gracias sinceras.
Cuando el pasado jueves 24 la médica te preguntó cómo estabas, le dijiste: muy bien rodeado. Ahora no es consuelo, porque no lo hay cuando el vínculo con quien se va es tan especial y fuerte, pero sé que lo hicimos bien, estuvimos a la altura de lo que merecía el mejor padre y abuelo del mundo. Tú, papi, que hace más de treinta años te quedaste en casa para ser pionero de los amos de casa, te ganaste el amor incondicional de "tus cinco" y nos enseñaste a amar de la forma más pura y bonita cuando apareció tu nieta. Y, como dice mamá, "estas cosas suelen ser mutuas", y ahora tu nietina te llora, te recuerda cada día y vivirá siempre con arraigo a los valores que le inculcaste.
Papi, descansa ya tranquilo que aquí seguiremos usando cinta de carrocero para todo, tirando poco y reciclando mucho porque todo merece una segunda vida, y tú sin duda te has ganado la tuya.
No dejes de cuidarnos, pero, sobre todo, no dejes de reír con las burradas de Bertín, que "a ver si crea sentido", con las salidas de tono de Vera, el peculiar humor de Jandro, las torpezas de mamá y Lauri, que con todo tropiezan muy a su pesar, y las imitaciones de tu Marinina, que no se casa con nadie.
Siempre contigo. Siempre Juntos.
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