Nunca es tarde
A las puertas del instituto, hasta el que acompaño a la adolescente de la casa, observo con extrañeza cómo bastantes alumnos no me observan críticos. Más bien, sin motivos aún para la confianza, los más cercanos a mí se ponen a manifestar un tanto airados su desacuerdo con los políticos. No todos parecen estar de acuerdo hasta cierto punto con aquella violencia verbal de algunos, es verdad. Muchos hablan muy en serio, algunos callan. No sé si entre ellos reina una seria amistad.
Pero cómo recordaron con su aprobación a cierto y conocido autor que en la tele había expresado duras y a mi parecer injustas críticas. Esto me hizo recordar otra imagen de Francisco Umbral de hace ya unos cuantos años. Después de sus críticas, Umbral había aclarado que su intención no era otra que la de presentar su libro. Como el autor ahora recordado por esos alumnos. Umbral, magnífico en tantos de sus intuiciones y juicios, muchas veces, sin embargo, también embellecía ordinarieces o pontificaba injustas percepciones (Lola Flores, Victoria Vera...). También lo que el autor conocido había pontificado parecía ser ahora dogma para estos jóvenes. Aunque yo pensaba para mí que el que muchas condenas lanza, aún muchas más se teme.
Al parecer, las fuentes únicas de información parecían ser para ellos las redes sociales (social networks). Y lo hablaban como por ellas habían recibido: con suma radicalidad. Es una tristeza. No les importa el yo (la persona), sino lo que se hace o se dice. Pero me temo que donde se disuelven las identidades pronto vaya a irrumpir el pánico. Las emociones descontroladas pueden convertir en estúpida a una juventud tan o más inteligente que nosotros. Los mayores tendremos que tomar en serio estas cuestiones que afectan de este modo a tantos de nuestros jóvenes. Aunque, como a ellos, nos sea más difícil pensar que sentir, es el momento de mostrarles nuestro grado de madurez. Ojalá nuestra crítica siempre nos lleve una exigencia afirmativa de amor para con ellos. Porque, sin duda, también nosotros hemos de ser enseñados por ellos.
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