Actuar para seguir siendo la UE
No sé mucho, pero nadie vive sin pensar y pocos intentan rellenar los huecos vacíos que perciben de su ignorancia. Llevo años leyendo a Hannah Arendt, y no estoy seguro de haber completado alguno de los varios libros que poseo (quiza "Eichman en Jerusalén"). El caso es que cuando leo una gran parrafada en ellos, reflexiono e imagino cómo lo leído se junta a mi pensamiento para rellenar ese hueco vacío de ignorancia que mostró su lectura. Son píldoras de pensamiento que luego quiero contrastar con otros y es entonces que suelen aparecer píldoras envenenadas como respuesta. Frases hechas como: "No estoy de acuerdo contigo pero me callo", o la contundente: "Esa es tu opinión". Un tipo de frase que no aporta nada argumentativo salvo su exitoso triple efecto: no se argumenta el porqué, se fuerza al otro a callarse, y se deja ver a los demás que se tienen poderosas razones para no estar de acuerdo, pero que no se va a decir nada. Lo que lleva a los otros a suponer que quien tal cosa dice tenga razón, por lo que, sin ninguna conversación razonada, se suelen posicionar a favor de quien tan hábilmente utiliza tales frases políticas: ya que estas frases vacías son lo que son.
No es solo Hannah Arent, es también Arnold J. Toynbee con su nada breve estudio de la Historia; son esas caóticas ecuaciones con próximas variables de entrada a usar que solo una hoja de cálculo puede tratar; es la paradoja vista como realidad que supo inculcar Gilbert K. Chesterton; es la frustración de Ángel Gónzalez y Leonard Cohen que invita a levantarse y seguir; es el cierre categorial de Gustavo Bueno que usa la lógica para analizar las posibilidades; son mis tristemente abandonados "Masa y poder" (Elías Canetti) y "La sociedad abierta y sus enemigos" (Kart R. Popper) que, profundos, me desmoralizan; es la gran enseñanza de Carlo M. Cipolla que, con sus ejes de coordenadas, nos divide en inteligentes, malvados, estúpidos e incautos, para decirnos que en cualquier estamento siempre hay un gran porcentaje de estúpidos y que, cuanto más alto sea el estamento, más peligrosos. Son estas cosas las que deberíamos tener en cuenta para no tragar las píldoras envenenadas de quienes pretenden ser líderes: frases que se deberían analizar con una gran biblioteca detrás aunque haya más de cien libros por acabar de leer. Pesimista, busco entonces con esperanza una razón e imagino que la Norteamérica profunda de clase baja vota ahora lo que vota porque está cansada de dar la cara por otros; de esparcir por el mundo la sangre y el sudor de sus jóvenes hijos, y quiere retirarse a casa a proteger su lado Pacífico junto al AUKUS. Creo que no volverán a cruzar el Atlántico para meterse en guerras sobre el terreno y proteger a Europa. Ahora ya no son los otros europeos (a lo sumo anglosajones) y nos toca a nosotros comportarnos como responsables seres libres demócratas e imaginar que tenemos que actuar para seguir siendo la UE: es mi opinión.
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