El cuento del lobo
Anteayer, en Barcelona y otros municipios nos alertaron de la llegada de una "segunda dana" como si fuera una catástrofe inminente. Nos inundaron con mensajes alarmistas que solo generaron miedo y al final casi ni llovió. Es comprensible que, tras el desastre en Valencia, sea necesario ser más cautelosos, pero me preocupa que cada episodio meteorológico se presente con avisos de alerta roja. Avisar es necesario como medida preventiva, pero es imprescindible una comunicación rigurosa para no asustar a una ciudadanía ya suficientemente inquieta. Si exageramos constantemente, acabaremos desensibilizando a la gente, y esto puede ser peligroso cuando llegue una situación de emergencia real. La prevención es clave, pero también lo es mantener la calma y ser responsables con la información que se comparte.
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