Tu última gota de sudor no resulta suficiente
La paranoia es buena sólo en pequeñas dosis porque ver propósitos ocultos en absolutamente todo no es tan sensato, pero me gustaría especialmente que aprovecháramos la tecnología que hace más factible una democracia directa, para que los ciudadanos a los que no nos guste una política o una ley tengamos la posibilidad de solicitar un referéndum para vetarla.
Por ejemplo, supongamos que el 5% del electorado solicita que se active el referéndum. Si el 50% de los votos estuvieran de acuerdo en que la ley debe ser vetada o cancelada, así sería.
Ahora imagínese qué diferente sería el comportamiento de nuestros políticos, si además exigimos que todo trabajo gubernamental debe registrarse, archivarse y hacerse público en un plazo máximo de cuatro años.
El no registrar nada debería ser considerado como traición y castigado con la guillotina en la plaza pública. En su defecto, dos años de castigo paleando mierda en una planta de tratamiento de aguas residuales sería una medida proporcional y pondría un poco de efectividad y orden.
Podemos soñar, ¿no?
Esto viene a cuento por la anunciada subida de impuestos que en la práctica va a suponer la imposibilidad para muchas familias de seguir enganchadas a una vida semidigna que “disfrutan”.
Eso después de que en junio de 2020 el hoy Presidente y la hoy ministra de Hacienda prometieran, alto y claro, que “en ningún caso se van a subir los impuestos a la clase media y trabajadora”. Cuatro años y medio subiendo impuestos de manera ininterrumpida dan fe de lo que vale la palabra de algunos.
Sin que nos cuenten milongas para desviar el tiro, convengamos, de una vez por todas, que la realidad confiscatoria se mide por el esfuerzo fiscal y, en consecuencia, que en España la recaudación en relación al PIB per cápita es un 52% superior a la media europea, sin que ninguna economía avanzada presente un dato tan escandalosamente corrupto.
Un atraco sin precedentes, y “la que se avecina” es una emboscada en forma de subida masiva de impuestos, con récord de recaudación fiscal en el año 2024. Eso es para este gobierno igualar la presión fiscal a la media europea.
Ahora, si su sentido común le sugiere que el gobierno es una forma de ultragansterismo sindicalizado (partidos políticos) para gobernar por la fuerza, entonces lo es.
En todo caso, servidor, mientras no lo vea en la Sexta o TVE, o mientras no lo lea en el Plural, El diario o El país, no se cree nada.
A continuación, si me lo permite para rebajar un poco tanta tensión, le propongo una prueba de velocidad mental.
Averigüe en menos de 2 segundos... bueno, ¡de 3 segundos!, a quién corresponde la autoría del jeroglífico semántico que sigue y su explicación correspondiente.
“Por darle algún dato, cuatro de cada... de cada tres personas... de cada cuatro personas... tres de las que son docentes hoy en España y son una persona LGTBI ocultan su condición sexual. Y lo hacen porque automáticamente serán recepción..., recepcionarán... eh..., cualquier fórmula agresiva, no sólo de fórmulas violentas de odio, sino, probablemente, consecuencias graves en su puesto de trabajo”.
Parece que la compareciente (es mujer) conoce la verdad de este asunto a nivel erudito, con una comprensión muy superior y una capacidad culta para comunicar esta realidad mejor que nosotros, los salvajes, que babeamos incomprensiblemente ante las capas de mierda.
Por favor, ¡cuéntanos de qué estás hablando exactamente, ostras!
Saludos cordiales.
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