Profecías, calamidades y el ser humano
Hace más de cincuenta años Arnold J. Toynbee y Daisaku Ikeda mantuvieron un diálogo en Londres durante varios días. Su contenido fue publicado en 1976 bajo el título: "Elige la vida"; su epígrafe: "Elige la vida y, entonces, tú y tus descendientes vivirán", (Deuteronomio, 30). En dicho diálogo mostraron su preocupación por el poder del ser humano sobre la naturaleza, según ellos, culpable de los desastres naturales que estaban teniendo lugar en el mundo y que, ya entonces, se consideraban consecuencia del aumento del CO2 y causa de sequías e inundaciones sorprendentes y letales por el mundo: "... inundaciones que se dieron en Italia en 1968; sequías en China y Corea ese mismo año...; y en 1970 vientos de 49ºC en India y Egipto con un saldo de muchos muertos". Hasta la quema de combustibles fósiles y el desarrollo tecnológico, se puede considerar que era el poder de la naturaleza quien dominaba obligando al ser humano a hacerse racional para predecir calamidades y sobrevivir, incluso usó la calamidad del fuego en provecho propio, cuando, controlando el fuego, lo usó para cazar grandes mamíferos incendiando bosques.
George Eliot (Mary Ann Evans) dijo: "De todas las formas de error, la profecía me parece la más gratuita"; pero imaginar es también un don por encima de lo normal; e imaginar y hacer predicciones sobre una realidad futura ha estado en el origen de nuestra racionalidad. Hace miles de años aceptábamos profecías y oráculos; pero fuimos evolucionando y el teólogo Isaac Newton estableció formulas para predecir científica y matemáticamente aquello que debía ser esperado; desde ahí todo se precipitó hacia la tecnología de la IA como herramienta profética. La IA, usando datos actualizados, llega a predecir de forma casi milagrosa: una antigua Watson IBM envió propaganda para embarazadas a mujeres que aún no sabían que lo estaban, sorprendentemente acertó en un muy alto porcentaje. Hemos de usar la trilogía: ética religiosa, principios científicos, e IA, como tres puntos de apoyo para no caer en la inhumanidad.
El acelerado aumento de CO2 en la atmósfera trae un cambio climático global que provoca calamidades naturales de una intensidad creciente muy dañina. Los modelos numéricos de sistemas dinámicos demuestran que una pequeña desviación en el equilibrio de un sistema, como la biosfera, puede conducir a grandes desastres. La quema de combustibles fósiles ha provocado un mínimo aumento de CO2 y es antropogénico. Por tanto, hemos de analizar y utilizar lo que ocurre en la biosfera para buscar un nuevo equilibrio que permita nuestra existencia y nuestra civilización, pero las catástrofes que vengan no se podrán evitar, solo encontrarnos prevenidos para intentar no morir. Para ello buscaríamos: captar CO2 y fijarlo; no generarlo; producir alimentos a pesar de las sequías; edificar viviendas lejos de zonas inundables; y tener un desarrollo sostenible. La imaginación es la primera forma de predecir calamidades; ya que si imaginamos que algo puede suceder, ya existe la probabilidad de que suceda. Además, el combustible fósil se agotará: ¿por qué no ir ya a la descarbonización? "Pongo delante de ti la vida y la muerte, la maldición y la bendición. Elige la vida". Hemos de ser uno con la naturaleza y dejar de destruir: "entonces, tú y tus descendientes vivirán".
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