Cumbre Iberoamericana en Ecuador
¿Un fracaso estrepitoso anunciado?
En Cuenca, Ecuador, y con la habitual declaración final, esta vez sin consenso debido a la "particularidad" de Argentina, que rechaza las políticas de igualdad de género, desde luego la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y los derechos humanos, o que cese el bloqueo criminal de EE UU a Cuba.
Más allá de este disenso, la cumbre no lo fue tal, ya que, con la excepción del anfitrión, el banquero Noboa, ningún y ninguna otro jefe de Gobierno estuvo presente, y eso nunca había ocurrido en la historia de estas 39 cumbres, a la que ahora España toma el relevo en la secretaría para los próximos dos años.
La presencia del Rey español o la de los presidentes de Andorra y Portugal se consideran irrelevantes dado su estatus cero en gestión local, y la denominación de "Cumbre de las ausencias" se compagina con lo acaecido.
Algunos de los mandatarios latinoamericanos prefirieron asistir, en paralelo, al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se desarrollaba en Perú.
Y otros estarán desde hoy en la Cumbre del G20 en Río.
En efecto, son cumbres bien diferentes, pero el varapalo a la Iberoamericana (con diferentes responsabilidades no solo de los nefastos gobiernos de Argentina y Ecuador) va a tener consecuencias directas en varios programas de la llamada cooperación iberoamericana, en detrimento de lo que Portugal y España dicen auspiciar en las relaciones con Caribe y Latinoamérica.
El alcalde de Cuenca, ciudad donde se desarrolló la Cumbre Iberoamericana, había amenazado a la CONAIE (autoridades indígenas) con prohibir y alejar todas las manifestaciones de la ciudad, en un momento en que se están produciendo grandes apagones por todo el país.
"Más apagones, más pobreza, la gente no tiene nada en la mesa", se pudo escuchar en las movilizaciones en varias ciudades ecuatorianas, particularmente en la de Latacunga.
Horas después de los indígenas, también cientos de estudiantes universitarios, sindicatos y miembros de organizaciones sociales salieron a las calles del centro de Quito y otras ciudades para protestar: "Nos quitan la luz, encendemos las calles", "No tenemos miedo", se leía en algunos de los carteles que exhibían los asistentes a la marcha, mientras gritaban consignas como: "No hay luz, no hay educación y tienes el descaro de pedir la reelección", dirigidos al presidente Noboa, que esta vez no tuvo amparo en una Cumbre Latinoamericana tan irrelevante.
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