¿Quieres un futuro para tus hijos?, trabájalo
Leo en el periódico que el Ministerio de Igualdad... -la igualdad es un imposible, pero se podían ir aparejando las pensiones a un mismo nivel humano- que sí, que va de hombres y mujeres, pero yo en ese caso diré siempre como los franceses: "Et vive la différence". Bueno, que me despisto, según un informe de ese Ministerio, el 90% de los adolescentes consume porno y se inicia desde los 8 años. Pero, pero ¿cómo?... pues a través del móvil y las pantallas con las que están muchas horas. ¿Por qué?, porque el control parental no tiene tiempo o no existe.
Hace algunas décadas los valores morales que se transmitían en la familia y en la sociedad ofrecían más garantías de respeto entre el hombre y la mujer, y más atención a los niños. Según Karl Menninger, psiquiatra y psicoanalista, "el trato que se da a los niños es el que ellos luego darán a la sociedad". No hace falta tener que repasar lo que antes no sucedía y ahora es triste rutina diaria. Aparte de la violencia y el abuso sexual de mujeres y niños, hay otros problemas a tener en cuenta no solo por los padres, sino incluso por las autoridades competentes -que alguna habrá-, como el caso de la joven mamá que echa el humo de su cigarro al bebé, recortando su desarrollo, o... el consumo de alcohol. Un informe de Salud Pública dice que la gran tolerancia social facilita la adicción, siendo la principal causa de admisiones a tratamiento en el Salud. El 40% se deben al consumo de alcohol, el 25% al cannabis y el 15% a la cocaína.
Y esa gran tolerancia social, esa tenue responsabilidad parental, esa mínima formación en valores y principios, esa administración que ofrece a los jóvenes abortos y libertades, sin responsabilidad -intuimos por qué-, va a producir una generación imposible. Padres, abuelos, docentes, demostremos que amamos a nuestros jóvenes, aunque nos cueste algún sacrificio. "Disciplina a tu hijo, y él te dará descanso, te llenará de satisfacción" (Pro 29:17). No nos queda mucho tiempo.
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