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Un mundo idílico solo existe en la mente de los más imperfectos

21 de Noviembre del 2024 - José Viñas García (Oviedo)

Lo de un mundo idílico se lo inventan los que creyéndose santos no son más que lo que decía aquel refrán: "Piensa el ladrón que todos son de su condición", para prueba un botón: Errejón.

Ahora nos viene Barbón con eso de "la crueldad de los demás no tiene cabida", supongo que como Errejón, la crueldad propia tampoco.

Quiere impulsar "la pizarra de los guajes"; son iniciativas para que expresen sus sentimientos por el arte, así dice. Yo creía que se educa a los niños con sus padres (los mejores asesores que puede tener cualquier niño), también en las escuelas e institutos; allí sus profesores irán apreciando las dificultades y comportamientos para ponerlos en manos de profesionales si fuera el caso. Culpar de todos los problemas de cada niño o niña a los demás niños o a tanta gente mala es como culpar a todos los hombres de los delitos sexuales y agresiones a las mujeres, es indigno. También Errejón pregonaba las maldades de todos los hombres, pensábamos que él estaba al margen, pues ya ven, "pensaba el ladrón que todos serían de su condición". También decía él lo de "yo sí te creo, hermana" cuando se decía que esa ley podía facilitar denuncias falsas, donde la palabra de la mujer tenía más valor que la del hombre; pues hasta gracioso el chiquillo santón, si no fuera por la gravedad del tema, ahora dice que denunciará a su presunta víctima por falsedad: tragarse su propia medicina es poco. Aceptar denuncias de quince años atrás es como poco abrir otra caja de Pandora con la especulación. A ver si nos enteramos, no somos buenos ninguno/a cuando se trata de rencores y revanchismos.

Volviendo a los niños, cuando nosotros éramos pequeños, los que tenemos más de 65 años, existía lo que llaman ahora bullying a repartir, había acoso de unos niños a otros con insultos, chantajes, amenazas, difundir rumores sobre ti, ignorarte o agredirte físicamente. Eso sí era bullying en proporciones inimaginables actualmente. Saben, no conocí ningún niño que se suicidara por ello, aquello sí era desproporcionado y no tienen ni idea los que no lo vivieron. No hace falta ser muy explícitos, pero les aseguro que muchos niños sufrieron y mucho. Lo que no sabemos es si les perjudicó a la larga o les hizo superarse por todo ello. No lo tengo muy claro, apostaría a que les ayudó.

Había algo diferente a hoy, compartíamos escuela con edades diferentes, además de bullying había solidaridad entre ellos, los mayores que se metían contigo tenían otros más mayores que les reprendían y ayudaban a los acosados. Los profesores tenían la autoridad y potestad para castigar y pegar fuerte incluso. Los padres de los demás niños también te podían reprender y sacudir si hicieras algo a vista de ellos sin que a tus propios padres les pareciera mal, todo lo contrario, si se enteraban recibías doble ración.

No sé, creo que proteger en demasía es sacar generaciones que cuando les vengan mal dadas no sabrán reaccionar y salir de ellas. La vida es dura. No todo es bullying o no, es la vida misma. No queremos que reprendan a nuestro hijo, pero queremos hacerlo con los de los demás. No queremos bromas, piropos, chistes, apodos... ¿Creen que por dentro cada cual no lo hace? Se llama hipocresía. Los niños por aquella aprendimos a defendernos, a ayudar a quien no podía, esa solidaridad supera cualquier ofensa anterior.

La vida en sí es muy cruel, hay gente que enferma joven, hay gente que vive en soledad sin desearlo; hay niños que sus papás, aún trabajando duro, no pueden darles lo que otros tienen; hay quien conoce mundo, otros no pueden salir de su entorno; hay niños inteligentes y otros por más que deseemos los papás no saldrán de zoquetes. Hay niños fuertes y otros débiles; los hay educados en el respeto a los demás, otros en la avaricia, el aparentar y el egoísmo que ven en sus referentes. Dudo y sigo sin tener muy claro todo lo relacionado con el buenismo antropológico, con ese puritanismo y moralidad que nos quieren implantar, con esa igualdad imposible; todos somos diferentes, lo desigual no puede ser lo mismo.

Nadie puede estar con los abusos, maltratos, acosos o violencias de cualquier forma, pero de ahí a hacernos y creernos poseedores de la perfección humana y de la santidad divina queda un largo camino de sensatez y personalidad para afrontar retos como el acoso escolar y la violencia sexual. No todo lo que parece es, ni todo lo que es parece. Hay matices, hay verdes y marrones, no solo blancos y negros; rojos y azules; feministas y machistas; abusón y abusado... La vida se compone de circunstancias y de muy pocos razonamientos. No todo lo que se dice se dice con maldad, ni todo lo que se aconseja se hace con bondad. Hay mucho quedar bien y mucho vivir bien de manipular conciencias, como hacen estos políticos ahora del feminismo, cambio climático, acoso... lo que sea con tal de crear cargos propicios para ellos vivir de p... madre a costa de exagerar situaciones. ¿Las ven solucionar algo de todo ello? No, solo incertidumbres y presupuestos para seguir ellas viviendo a cuerpo de rey. Años culpando a los hombres del cambio climático, años de culpables de machismo agresor, años de acoso escolar... Como ven, soluciones, ninguna, solo la vida de ellas mejoró.

Para todo ello, la única salida es no creernos perfectos y ver a todos los demás como unos depravados. Errejón así decía, y así no actuaba. Incluso no solo confundió a todos creyéndole un santo varón, es que se confundió a sí mismo diciendo que a las que denuncian había que creerlas siempre. Pues ya ven, para los demás no había denuncias falsas, para él sí.

Es cuestión todo de ponerlo en manos de expertos y profesionales, no juntar titulitis inexpertas sino profesionales de verdad, de los de mérito, no de paridades. Ellos crearán un ambiente más sereno que convertir este mundo en bandos ya desde niños: víctimas y verdugos.

No quisiera pensar que esa "pizarra de los guajes" sea otro "hermana, yo sí te creo" desde la infancia.

Les aseguro que nadie es más cruel que los niños, son capaces de llamar feo a quien lo es sin más maldad que su propia inocencia.

No les podemos educar en un mundo idílico que no existe, ni existirá. Deben aprender a defenderse, a tener criterio propio, a ser ellos mismos, a no ser iguales, al inteligente no puedes cortarle las alas, al torpe no puedes hacerle volar... En aceptar la desigualdad está la propia felicidad.

No hay que decirles que no hay feos, gordos, negros, bajos... Hay que decirles que la personalidad, la inteligencia, la empatía, la simpatía, la capacidad superan cualquier situación y "defecto" físico, todos conocemos feas y feos, gordas y gordos, negros y amarillos... Que nos enamoran a primera vista o después de tratarlos, hay gordos simpáticos y delgados que no se pueden aguantar, hay guapas que no te lo parecen y feas que te atraen. Así es la vida, no la inventemos y no le demos más vueltas.

Una buena educación supera todo y es la única forma de crear un mundo mejor, que no perfecto e idílico, nunca lo será.

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