La esperanza de cada Navidad
347X5, 5X489, 68X25... el grito de esperanza de cada año, la fiebre del Sorteo Extraordinario de Navidad. El número que se juega en el trabajo, el que compartes con los vecinos, el que te ha regalado tu hermana que ha viajado a Salamanca, el del bar donde desayunas o el que compras obligada porque todos lo llevan. Los bolsillos de los españoles empiezan a vaciarse de billetes de 20 y a llenarse de números de lotería.
Después del esperado spot que nos remueve las entrañas, llegan los outfits atrayendo la buena suerte en el Teatro Real de Madrid, las familias que crean verdaderas bases de datos con los números jugados para que no se escape ni un solo céntimo y los saludos cariñosos con un "por lo menos tenemos salud". Me fascina cómo las ganas de un pellizquito que nos dé algo de aire se convierten en una manera de unir a las personas, de compartir e ilusionarnos con el "¡ay, si nos toca!".
Aunque la realidad es que, probablemente, tú el día 23 de diciembre vuelvas a despertarte temprano para ir a trabajar y poder llenar tu casa y tu mesa de espíritu navideño el resto de las fiestas, y eso, vecina, sí que es esperanza, y que la suerte te acompañe, no lo olvides.
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