Ultras: el desafío de erradicar la violencia en los estadios españoles
En los últimos años, los grupos ultras en España han captado la atención por su violencia y sus actitudes extremas, tanto en los estadios de fútbol como en la sociedad en general. Sin embargo, detrás de su imagen controvertida se esconden dinámicas sociales y culturales que merecen un análisis más profundo.
Para empezar, existen distintos modelos de grupos. Cada uno tiene su estilo de vida, su ideología política y su propia estética. Las personas que pertenecen a este movimiento son principalmente chicos muy jóvenes, incluso menores de edad.
Entre las principales actividades criminales de estas bandas destacan el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero, aunque en grupos más pequeños estos actos se limitan a actividades de menor escala. Además, muchos de ellos realizan batallas previamente organizadas donde en algunos casos ha llegado a haber fallecidos.
El principal problema de esto es que los clubes de fútbol se dedican a lavar la imagen de los ultras con tal de que continúen apoyando. Les dan entradas, abonos más baratos, apoyo económico... Por si fuera poco, la mayoría tiene una gran influencia dentro del club, se necesita su visto bueno para tomar ciertas decisiones, y, debido a este gran poder, los clubes apenas piensan en echarlos. Ahora mismo en España solo hay dos clubes que han conseguido expulsar a los ultras de sus estadios: el Real Madrid y el Barça. Aunque es cierto que al tener más aficionados les resultó más fácil suplir su ausencia con una grada de animación sin violencia.
En conclusión, la falta de acción contundente por parte de los clubes contra el movimiento ultra está haciendo que los jóvenes sigan uniéndose a estos grupos y que la violencia se siga dando tanto dentro como fuera de los estadios. Aun así, tengo esperanza de que con el paso de los años los equipos de fútbol vayan echando poco a poco a los ultras y surjan nuevas leyes más rotundas frente a ellos.
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