Trabajar en Alemania o en otros lugares de Europa
Cuando se creó la Unión Monetaria y por lo tanto el euro, se sabía que al ceder los estados miembros una parte importante de su soberanía en aras de un mercado único las pérdidas de competitividad de los estados se traducirían en paro, el cual sólo se amortiguaría mediante la movilidad de un Estado a otro de los trabajadores, que en definitiva somos (casi) todos los ciudadanos. Eso es lo normal en Estados Unidos, donde la movilidad es la norma. La gran diferencia es el idioma, pues en EE UU sólo hay uno y en Europa nuestra gran riqueza cultural y lingüística es para esto un obstáculo. Conclusión: que una política constructiva sería que los idiomas fueran una prioridad en la formación primaria y secundaria y que se adopten prácticas elementales, como por ejemplo la que recomienda el think-tank Asturias Compromiso XXI de que las películas se emitan, sobre todo en la televisión, en su idioma original y con subtítulos. El año pasado hice un viaje por Croacia y me quedé gratamente sorprendido de lo bien que hablaban español muchas personas en comercios y hoteles. ¿Por qué? Pues no porque asistieran a los cursos del Instituto Cervantes (muy loables en cualquier caso), sino porque seguían los culebrones de la tele con el método que antes les señalé.
Lo que ya me dejó fuera de mis esquemas es que el ministro Sr. Valeriano Gómez le quiera pedir a Dña. Angela Merkel que los españoles que se vayan a Alemania fijen fecha de retorno. Creo que el señor ministro ha tenido un lapsus freudiano, pues sabe perfectamente que la Unión Europea es un espacio sin fronteras en el que uno de los principios básicos es la libre circulación de personas, capitales y mercancías, y por lo tanto uno se va y vuelve cuando quiere. Supongo que no merece la pena rascar más en este tema.
Hace años, cuando me ocupaba de temas de política carbonera en la Comisión Europea, algunos alcaldes de Euracom y algunos sindicalistas se quejaban de que los prejubilados se marchaban a Benidorm, con lo que parte de los ingresos no quedaban en la región. Pasaron ya muchos años y es de suponer que las mentalidades hayan cambiado. Hay muchos españoles por el mundo que son muy apreciados por empresas y organizaciones. En el caso de los asturianos, nunca perdieron el contacto con su Paraíso Natural, que lo es, y lo importante es que a través de iniciativas como Asturias Compromiso XXI sigan manteniendo el contacto con la región y podamos todos beneficiarnos del mundo globalizado en el que para los más osados incluso Europa les queda pequeña.
Vicente Luque Cabal
ex administrador principal en la Comisión Europea
Oviedo
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