Tras la huella de carbono
Todo producto tiene su huella de carbono. Entendemos por huella de carbono "la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) que, en toneladas de CO2 equivalente (tCO2e), han sido emitidos durante el ciclo de vida del producto: desde la extracción de las materias primas, pasando por el procesado, fabricación y distribución, junto con toda la energía relacionada, hasta aquella generada durante su uso y en el final de su vida útil: depósito, reutilización o reciclado". Proponemos desde aquí el etiquetado de las tCO2e y un impuesto obligatorio sobre las tCO2e de la huella de carbono durante su uso, impuesto que pagará el comprador. Dada su semejanza con el IVA, al conjunto del IVA más ese nuevo impuesto sobre la huella de carbono se le podría llamar IVAC: suma del IVA o porcentaje sobre su precio, más el porcentaje sobre sus tCO2e en euros. Desconozco cuál es el mecanismo en los países que tienen impuesto al carbono. Pero considero que, en el caso de compras al extranjero, propongo para el IVAC las tCO2e resultantes de multiplicar la huella de carbono del producto equivalente europeo (con su fiable cálculo de huella de carbono incluyendo la estimación durante su uso) por la relación entre el nivel estimado de emisiones de tCO2e del país de origen y el nivel que tenga la UE en su conjunto. Se trataría siempre de que lo recaudado en estos casos se gastase en convencer o prestar ayuda al país de origen del producto comprado, para que este mejorase sus niveles de huella de carbono. Por tanto, no podría considerarse al IVAC como una tasa o arancel proteccionista de la economía, sino del medio ambiente. Siendo todo lo relacionado con el IVAC tratado de forma exactamente igual al trato actual del IVA respecto de la Hacienda pública. El motivo de esta propuesta es que el mundo, la UE y España, deben hacer frente no solo a los gastos necesarios para reducir la huella de carbono, sino también a las consecuencias del cambio climático en forma de desastres naturales, que no solo requieren cuantiosos fondos para su reparación, sino también para su prevención. Con esta tasa se motivaría la competencia para producir a bajo costo y mostrar al comprador su baja huella de carbono como promoción.
P. S.: Siempre se habla de conseguir en Asturias acero verde por parte de ArcelorMittal, pero nada se dice de la necesaria baja huella de carbono. Pues, si lo que se necesita es un etiquetado de nula o baja cantidad de tCO2e como promoción competitiva, ¿por qué hablamos de acero verde (que se limita a bajas emisiones de GEI durante su elaboración) y no de acero sin huella de carbono? ¿Acaso no tenemos mineral de hierro, chatarra y electricidad sin huella de carbono? Porque ArcelorMittal es lo que pretende conseguir en Canadá con la descarbonización de sus minas de hierro...
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