Toponimia e ignorancia
Recientemente, en un Pleno del Ayuntamiento de Tinéu, se aprobó solicitar al Principado la derogación de la toponimia tradicional del concejo. La alcaldesa, Montserrat Fernández (PP), afirmó que “nadie, jamás, ha oído hablar de ‘Tinéu’”, y que lo mismo aplicaba para los demás pueblos. No se detuvo ahí: pidió derogar la Ley de Uso por completo.
Como primera observación, ¿Tineo o Tinéu? En el asturiano occidental, no hay una total distinción entre finales en “-u” y “-o”, conque los hablantes pueden decantarse por una “o” abierta, una “u” cerrada o una solución intermedia. Sucede lo mismo con Grao/Grau. Como forma escrita, para mantener un criterio único, se optó por la “u”. A partir de ahí, y en esos términos, uno puede discutir si es más oportuna una u otra grafía, y si “Tineo” es la que más consenso suscita.
El problema es que la Alcaldesa ha usado el altavoz que le proporciona su cargo para negar tajantemente que nadie, jamás, hubiera dicho “Tinéu”. Y no solo eso: al pedir la derogación de toda la toponimia del concejo, y de la Ley de Uso (a la que ha llamado, imitando la retórica de sus socios de extrema derecha, la “ley de la llingua”), está negando, por extensión, la realidad de los topónimos tradicionales de toda Asturias.
Cabe preguntarse, en primer lugar, qué cualificación académica o profesional posee esta persona para cuestionar el trabajo de campo de quienes recabaron la toponimia del concejo. Me imagino que ignora por completo que existió siquiera un trabajo de campo. Tristemente, no me sorprendería: en cierta ocasión le escuché a una historiadora que el topónimo Uviéu lo había creado la Academia de la Llingua a través de una “diptongación”. Por tanto, si alguien con una formación notable desconoce que los nombres se determinan a partir de entrevistas a los locales, no cabe esperar mucho más rigor científico por parte de la Alcaldesa. A fin de cuentas, fue una diputada de su mismo partido quien afirmó haberse encontrado diez lobos cuando salía a correr.
En segundo lugar, al pedir, indirectamente, la derogación de toda la toponimia, la Alcaldesa está insultando la dignidad de todos los hablantes de asturiano y de aquellos que emplean o emplearon los nombres tradicionales. Tendríamos que recuperar lindezas como “Somado”, o “Grado” como única forma oficial. En Gozón, concejo de mi familia paterna, habría que reinstaurar “Peñas” o “Santa Eulalia de Nembro”. Mi güela, que usa “Peñes” y “Santolaya”, no existe para la alcaldesa de Tinéu, porque, en tal caso, no se me ocurre por qué sugeriría derogar la “ley de la llingua”.
Tiene guasa que, después de proponer esto, la Alcaldesa dijera en el Pleno que ella lo que quiere es que cada uno hable asturiano en libertad, “sin imposiciones”. O sea: imponiendo las formas castellanizadas, invisibilizando las tradicionales hasta que las futuras generaciones las olviden por completo y renieguen de ellas. “Somado, de toda la vida”. Es una lástima que nuestras instituciones estén dirigidas por individuos que, sea por ignorancia o por pura inquina, se dediquen a castigar más aún una lengua minorizada, atacar la dignidad de sus hablantes y despreciar la ciencia.
P. D.: Durante el Pleno, la Alcaldesa zanjó el asunto afirmando que ya estaba lo suficientemente “debatíu”. Se corrigió al segundo y precisó: “Debatido”.
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