¿Dónde están las indianas?
El 18 de diciembre celebramos desde 1990 el Día Internacional del Migrante, fecha en la que conmemoramos la contribución de millones de personas que por variadísimas razones se han tenido que mover de su lugar de origen.
Cuando hablamos de migración estamos pensando en la que nos toca de cerca, en nuestras ciudades o países, muchas veces con mirada de embudo y prejuicios que impiden reconocer el valor y contribución que estas personas aportan en nuestro entorno.
En Asturias fuimos emigrantes. Es este un fenómeno que nos caracteriza, y que contribuyó notablemente, entre los siglos XIX y XX, al progreso económico, social y cultural tanto del país de destino como del lugar de origen. Tantos pueblos asturianos desde oriente a occidente, de donde partían hombres y mujeres que se arriesgaban para mejorar sus condiciones de vida y las de su familia, dejando también familia —padres, hermanos, etc.—, contribuyendo así al progreso de cientos de familias en Asturias y, en consecuencia, al progreso de toda la comunidad.
Asturias ha sido, junto con Galicia, la región de la que más emigrantes, hombres y mujeres, partieron hacia América. Las mujeres desempeñaban un papel desconocido, cuyas historias no importaban demasiado. Muchas iniciaban y desarrollaban su trayectoria como empresarias, realizando una importante función en la empresa familiar, normalmente fundada por el esposo en la que se implicaban con espíritu emprendedor, de compromiso, ingenio, intuición y “sin hacer ruido”. No existían en el espacio público.
Todo esto se añadía a su función primordial como madre, educadora y aglutinadora de la familia, transmitiendo los valores humanos y cristianos que a su vez ella había recibido.
Sumario: Tributo a esas mujeres emprendedoras que aun formando parte de la emigración su historia está silenciada
Destacado: ¿Pero dónde están esas mujeres? ¿Dónde están recogidos sus logros, sus éxitos, sus historias? ¿Quién las ha contado fuera del ámbito familiar?
Estas mujeres son a las que hoy quiero rendir un pequeño tributo. Cuántas veces hemos nombrado y escuchado la palabra “indianos”: hombres emprendedores, ambiciosos y también generosos con su patrimonio para dejar huella en su pueblo natal, construyendo iglesias, escuelas, y obra civil como la traída del agua y la electricidad. Pero ¿cuántas veces hemos escuchado y pronunciado la palabra Indiana, a no ser para novelar historias románticas?
Estas mujeres tuvieron que superar muchos obstáculos, en parte precisamente por ser mujeres, también por las dificultades a la hora de acceder a la vida pública y a la formación académica.
Fueron verdaderas autodidactas. Debido a su inteligencia natural, a su personalidad y convicción para emprender aquello que se habían propuesto, fueron capaces de superar muchas de las barreras sociales de la época.
¿Pero dónde están esas mujeres? ¿Dónde están las Indianas? ¿Dónde están recogidos sus logros, sus éxitos, sus historias? ¿Quién las ha contado fuera del ámbito familiar? Pasando así directamente al olvido.
Yo soy hija y nieta de indianos, mi abuela Enriqueta trabajaba en el Hotel Oriente, el negocio con el que habían soñado mis abuelos y que con tanto sacrificio habían adquirido en Veracruz. Como ella hay miles de historias de mujeres en la sombra y sobre las que es justo poner el foco y rescatar del olvido. Sus vidas son verdaderas lecciones de vida y sinceramente yo no me las hubiera querido perder. Muchas están todavía ahí, yo las conozco, las conocemos, las hemos escuchado y siento una gran impotencia porque la memoria es frágil y la vida muy rápida y cambiante.
Soy asociada de Mujeres de Empresas, donde decenas de pequeñas empresarias nos reunimos para intercambiar experiencia, conocimiento y amistad. También luchamos por poner ese foco en estas mujeres que día a día, también “en silencio”, sacamos adelante nuestras empresas, y disfrutamos de ello hasta que la presión pueda resultar insostenible
Para terminar traslado unas palabras que se recogen en la introducción del libro “Asturianas en América, emigración y exilio”, editado por el Instituto Asturiano de la Mujer: “Aunque algunas alcanzaron justa fama, la gran mayoría de ellas pasaron a engrosar las filas de un enorme contingente anónimo”.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo