Del Oviedo y otras transacciones
Alberto González regresa de México tras fracasar en su intento de vender sus acciones del Real Oviedo. Los posibles compradores desconfiaron del máximo accionista al cogerlo en un renuncio a las primeras de cambio. Mejor le hubiera ido yendo con la verdad por delante, de frente y sin trampas. Fue como si intentara vender un piso sin renunciar a seguir cobrando el alquiler. Pero a lo hecho, pecho. Ahora las acciones, que algunos ven como un papel y otros como el alma del club, se quedan donde estaban, que por otro lado nadie sabe muy bien dónde es. Aproximadamente en el mismo momento en que se rompían las negociaciones con los mexicanos, una vaca, tras ser vendida, se niega a entrar en su nueva finca, recorre embravecida y fuera de sí cinco kilómetros por el valle de Turón, embiste a dos señoras, un niño y varios coches, y acaba abatida a tiros por un policía local de Mieres.
Impresiona la instantánea de LA NUEVA ESPAÑA con el cuerpo de la vaca desangrada sobre el asfalto. No sabemos los sueños que llenaron los huecos que dejó toda esa sangre, si los hubo siquiera, pero sí podemos intuir, por el gesto de asombro de los vecinos ante este comportamiento, que la res nunca estuvo de acuerdo con esta transacción. Y me pregunto cuál será ahora la reacción de la afición azul. ¿Orgullo, valor y garra?
Difícil mundo el de las transacciones.
Enrique Álvarez-Santullano
Oviedo
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