De aquella manera
Qué peso me quitó de encima la otra noche el comando Xabi Fortes, de La noche en 24 horas. Por fin, Begoña Gómez habló a ante el juez. Ante el juez, no con el juez (¡Hasta ahí podíamos llegar!) La señora Gómez solo respondió a las preguntas de su abogado, Antonio Camacho, un letrado independiente, que fue ministro de R. Zapatero. A juicio del comando, la deposición de doña Begoña resultó “demoledora” para la estrategia envolvente del juez Peinado (El juez, huelga decirlo, salió de la sesión de Fortes peinado y bien cardado).
“Demoledora” sobre todo en el punto tan manido de “Tráfico de influencias”. Si usted, intoxicado por los pseudomedios, albergaba la sospecha de que la mujer del presidente del Gobierno había obtenido una cátedra extraordinaria por ser la mujer del presidente del Gobierno, arroje de inmediato esa sospecha al vertedero o lodazal de los bulos: Begoña Gómez, “con 19 años de curriculum”, obtuvo esa “cátedra extraordinaria” por méritos propios.
El “Curriculum”, siempre a juicio del experto comité de partisanos de “La Noche”, se acumula por trienios; no a base de publicaciones, congresos y méritos reconocidos. Uno piensa en la cantidad de bomberos que con 30 años de “curriculum”, en vez de acogerse a la prejubilación del convenio, podrían solicitar una cátedra extraordinaria e ir fardando sin falsa modestia por pubs y cenas de Navidad.
Mi vecina, sin ir más lejos, si no es catedrática extraordinaria, será que no se molestó en solicitarlo a la Complutense, que las tiene en un cajón, las cátedras extraordinarias, en plan “Take away” (Como Marlaska las medallas al Mérito Civil). Vale que en este caso el rector magnífico no se la hubiera servido a domicilio, como a B. Gómez, que, casualidades de la vida, vive en Moncloa, a tiro de piedra del despacho rectoral. A Mesariegos, con estos caminos, ya no sube ni Leroy Merlin; pero siempre se puede contar con Amazon, que te deja el convoluto con la cátedra en cualquier gasolinera.
Resumiendo: ni la cátedra de B. Gómez ni el doctorado de P. Sánchez tienen nada de “extraordinarios”. Los obtuvieron “de aquella manera”. En un contexto de gorrones y pelotas. Por más que el P. Ángel y el P. de los Ángeles, deslumbrados tal vez por una visión beatífica, no puedan verlo (Hablo con cierto conocimiento de causa, estudié con ellos en Prau Picón).
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