Descolonizar el Sahara
En el local de la asociación El Llavaderu de Siero tenía lugar una presentación del libro “Arena en los ojos”.
Una excusa perfecta para que Alba González y Laura Casielles tertuliaran en torno al colonialismo y la colonialidad. Española, por supuesto.
En África, o más concreto en el norte, en Marruecos, en el Sahara.. (y en Ifni y en Guinea…).
Es decir, repasar lugares y hechos del colonialismo, del pasado y del presente.
Descrito por Alba como libro de viajes, esbozado por Laura como apasionante aprendizaje de historia y presente, que sucede a su trabajo de investigación en Provincia53.com.
Dice el libro que:
La mirada española hacia Marruecos y el Sáhara Occidental se ha alimentado durante décadas de sobreentendidos, piruetas retóricas, desconfianza, patriotismo y nostalgia.
Laura Casielles zarandea algunos de los discursos más repetidos y los confronta con testimonios más humildes, se desplaza a escenarios históricos para desmontar fantasías orientalistas y soflamas bélicas, y aplica una mirada llena de empatía para entender que las relaciones que España mantuvo con Marruecos y el Sáhara Occidental durante los siglos XIX y XX fueron, sí, plenamente coloniales.
En esta obra, que reúne lo mejor de la crónica y la literatura de viajes con las herramientas más recientes de los estudios poscoloniales, la autora libera el pasado y el presente de corsés discursivos para que imaginemos maneras nuevas de relacionarnos.
Porque, como ella misma afirma en un pasaje de este libro, «hay que ir viendo más cosas, cada vez más cosas».
El Rif, el Desastre de Annual, la invasión española a Marruecos, los militares africanistas que propiciaron el golpe de Estado, “los moros que trajo Franco” y su papel en la represión franquista, la colonia de la provincia 53 (que incluía sección femenina), las promesas traicionadas de Franco a los saharauis, la traicionera actitud del emérito cuando era príncipe enviado (y cooptado por el yanqui), la marcha verde, el éxodo saharaui...
Se preguntaba (en torno al relato colonial) por la oportunidad de descolonizar al Cabo Noval (carne de cañón de la invasión a Marruecos, y ensalzado por los militares invasores, de entonces y del presente).
También por la flagrante contradicción entre el discurso (¿La Carta secreta desvelada por el régimen alauita?) de Pedro Sánchez y las acciones solidarias de la población. (Que incluye próximo viaje a los campos de refugio de Tinduf, del 9 al 16 de enero, de la Axencia Asturiana de Cooperación y concejalas y concejales de varios ayuntamientos astures en el marco de los 30 años de hermanamientos).
Diez mil cuatrocientas cincuenta y siete personas han muerto en lo que va de año, según Caminando Fronteras, en el mar en su intento migratorio de llegar a costas españolas: y ese nuevo récord del genocidio migratorio es un hecho perenne del colonialismo vigente.
En el libro Laura detalla la relación simbólica del franquismo con Marruecos. Con la instauración del nuevo régimen, en el Marruecos español se permitió y promovió una convivencia con el Islam y el judaísmo que choca con el nacionalcatolicismo imperante en la península. De esta relación surge un concepto de «hermandad» hispanoárabe a través de la cual el franquismo trata de legitimar su misión colonial. Y cita Laura las expediciones de personalidades de la élite musulmana del protectorado enviadas como peregrinos a La Meca que, a su vuelta, eran recibidas por el mismísimo Franco en el Alcázar de Sevilla o la presencia del Jalifa (máxima autoridad nativa en el protectorado) presidiendo las aulas de las escuelas junto con el dictador.
Descolonizar es la alternativa a la colonización. Y de eso fue el voto reciente en la ONU. A primeros de diciembre la Asamblea General de la ONU reafirmó el marco jurídico de la cuestión del Sáhara Occidental (y otros 17 territorios) como una cuestión de descolonización.
La resolución representa una contribución significativa a los esfuerzos por hacer que los antiguos colonizadores rindan cuentas por los crímenes que cometieron durante la era colonial. La resolución incluye disposiciones que enfatizan la necesidad de indemnizar a los países afectados, incluyendo las reparaciones económicas por los enormes daños provocados a los pueblos y territorios afectados por el colonialismo.
España (¿vergüenza?) se abstuvo en la votación.
Gracias, Alba; gracias, Laura.
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