¿Tres sabios en camello?

Que la Sabiduría (de Oriente y de Occidente) nos ayude a detener el exterminio que el sionismo practica contra el pueblo palestino.

¿Que el 2025 sea el año del fin del genocidio?

El viaje de los hombres sabios conocidos como Reyes Magos de Oriente debió de ser complejo por las distancias, la intemperie, la mezcolanza de idiomas, culturas, costumbres y leyes, la inseguridad, el medio de transporte, las escasas orientaciones que da una estrella. Aun así, llegaron a su destino.

Hoy no podrían hacerlo o lo tendrían extremadamente complicado, con la región convertida en un campo de minas por integristas, yihadistas, fronteras y alambradas, guerras, ocupación y burocracia de la colonización y el exterminio.

Y si consiguieran superar todas las barreras, incluido el Muro ilegal del apartheid, ¿con qué se encontrarían?

En los momentos actuales, las niñas y niños palestinos sufren las mayores atrocidades del sionismo israelí. Los nuevos Herodes arrasan a las comunidades gazatíes y tiene como premisa contrainsurgente expulsar al pueblo de la Franja de Gaza y de Cisjordania de la gran Palestina.

Buscan en su estrategia convertir a los niños, mujeres y hombres palestinos que sobrevivan al hambre, al frío, al terror, en los nuevos peregrinos del siglo XXI. Múltiples testimonios dan cuenta de las atrocidades del sionismo israelí.

Si llegaran este 6 de enero de 2025 "los Reyes Magos" y brindaran al pueblo palestino la paz deseada frente a las atrocidades que ha generado la guerra del sionismo israelita, evitarían que los palestinos se conviertan en los nuevos peregrinos que, como María y José, tengan que huir a Egipto para escapar de los nuevos Herodes que hoy han encarnado en Benjamín Netanyahu. Sin duda ese sería el mejor regalo de los Reyes Magos que claman en diversas partes del orbe los pueblos que se oponen a la guerra de exterminio y el genocidio que se practica en Gaza, con la sangre del pueblo palestino.

Hace un año en paralelo en Langreo Marino Franco recreaba las condiciones de la infancia palestina, y lo retrataba en su video "Requiem por Palestina", y en Madrid Leo Bassi y Pallasos en Rebeldía hacían lo propio: en su representación María y José envuelven a un Jesús recién nacido con una bandera palestina. Detrás de ellos, un muro con alambradas y alarmas avisando de un inminente ataque. De repente, hasta cinco soldados israelíes aparecen. Matan a dos civiles y retienen y cachean a otros tantos contra el Muro, incluidos menores. Tres reinas magas aparecen en escena. También ellas son paradas por este checkpoint improvisado. Les decomisan todo lo que le llevan al recién nacido: agua, ropa y un kit médico.

Leo Bassi, con seis generaciones anteriores que se han dedicado al mundo del circo sobre sus espaldas, ha recordado lo que un día le dijo su abuelo: "Los payasos tenemos la responsabilidad de portar la opinión popular, la opinión de la gente frágil, los que no tienen poder". Desde su punto de vista, eso es lo que sucede actualmente en Gaza, donde "el pueblo palestino está sometido a un poder absoluto apoyado por Estados Unidos".

Leo Bassi se ha decantado por realizar una defensa de lo que ha considerado el "humanismo de la ilustración europea", basado en valores antirracistas, antifascistas y laicos. "Estos valores nuestros también están influidos por valores humanistas judíos que no se quieren ver asociados a un Estado implantado en el mundo árabe y que no es otra cosa que la continuación del colonialismo", ha denunciado.

"Es la segunda vez que las comunidades cristianas, tanto católicas como ortodoxas, de Belén y Jerusalén han decidido cancelar la festividad de Navidad porque sus hermanos palestinos de Gaza, que son musulmanes y cristianos, están siendo objeto de un genocidio".

Ese exterminio planificado y continuado es el que denunciamos hoy aquí, y el que exigimos cese de inmediato. Proponemos superar el genocidio este año.

Como en tiempos de racismo de Estado en Sudáfrica, el gobierno sionista de Israel cuenta con el apoyo, financiación, armas y respaldo de la comunidad internacional de delincuentes, a la cabeza de los cuales está el asesino mayor: los EE UU.

Contra aquel apartheid y racismo sudafricano se iniciaron exitosas campañas de boicot de diversa índole, económica, académica, deportiva, todo lo cual coadyuvó a aislar internacionalmente a Sudáfrica. Esa presión fue fundamental para que internamente se fuera minando la legitimidad del apartheid y finalmente terminara de manera formal en 1991, aunque sus secuelas racistas continúan sintiéndose en la Sudáfrica de nuestros días.

Difícil es que en el seno de la ONU se llegué a proclamar alguna condena que eleve a Año Internacional contra el Genocidio del Pueblo Palestino, porque los asesinos de Israel cuentan con el respaldo de EE UU y la Unión Europea.

Así que nos corresponderá impulsar el Año Internacional contra el Genocidio del Pueblo Palestino a las organizaciones sociales y políticas, a grupos defensores de DD HH, a escritoras e investigadores independientes, a profesoras, a universidades antisionistas, a unos cuantos países del mundo -los que condenan los crímenes de Israel- y a todos aquellos seres humanos que sufren y sienten como propio el genocidio en marcha.

Lo que acontece hoy en Palestina es un crimen histórico, que debe permanecer en la conciencia de la humanidad por siempre, y amerita su propio Núremberg para buscar justicia universal.

Así como en 1982 se decretó el Año Internacional de la Movilización en torno a las Sanciones a Sudáfrica, y en 1978-1979 se proclamó el Año Internacional contra el Apartheid, este año 2025 proclamemos el Año Internacional de Eliminación del Genocidio del Pueblo Palestino, y que las sabias y sabios de Oriente y Occidente nos colaboren en ello.