La Laboral... ¿un hogar?
Escribo estas líneas con la esperanza de que, a través de este medio, podamos arrojar un poco de luz (y quizá algo de vergüenza) sobre la situación de abandono que vivimos los inquilinos de los pisos de la Laboral, bajo la gestión de Vipasa. Si bien la vivienda pública debería garantizar un mínimo de dignidad y habitabilidad, aquí parece que han decidido ofrecernos una experiencia inmersiva en el deterioro estructural.
Hay una humedad infernal en muchas de las viviendas y en los días de lluvia los pasillos se convierten en auténticas cataratas, donde el agua cae a cascadas por techos que, dicho sea de paso, ya han empezado a desprenderse. El patio se hunde y hay desperfectos por todas partes. No sé si Vipasa nos está preparando para una carrera de obstáculos o simplemente probando cuánta paciencia nos queda. Mientras tanto, muchas de las lavadoras y secadoras comunitarias estropeadas permanecen inmutables, como piezas de museo que nadie se atreve a tocar.
Las incidencias que reportamos desaparecen en un limbo burocrático del que nadie vuelve, los mensajes quedan en el más absoluto silencio, y las reparaciones brillan por su ausencia. Nos hemos acostumbrado en unas condiciones degradantes, pero no por ello vamos a resignarnos a vivir en este abandono absoluto.
¿Qué espera Vipasa? ¿Que se caigan los techos sobre las personas mientras duermen para actuar? ¿A que el deterioro sea de tal magnitud que nadie pueda vivir en las viviendas?
Los inquilinos merecemos respeto, atención y, sobre todo, soluciones. Vipasa, tienen ustedes la responsabilidad (y la obligación) de mantener estas viviendas en condiciones dignas. Es hora de que dejen de esconderse tras el silencio y asuman su papel con seriedad.
David Gómez
Gijón
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