El cardenal Cipriani
El ultraderechista alcalde de Lima Aliaga (con quien la presidenta madrileña Ayuso compartía chistes hace pocos días) ha tenido a bien condecorar al cardenal Cipriani "en reconocimiento de su labor pastoral, académica y eclesiástica".
En 2019, el Papa Francisco había apartado a Cipriani, primer cardenal del Opus Dei y arzobispo de Lima, de la Iglesia Católica tras conocer las acusaciones de pederastia en su contra. Este castigo significó su exilio del Perú, además de la prohibición de vestir hábitos cardenalicios.
Cipriani, además, tiene otro historial peculiar, como amigo y asesor del dictador Fujimori, y como negacionista de los derechos humanos en su diócesis de Ayacucho.
Cuando Fujimori impuso una nueva Constitución tras el golpe palaciego que disolvió el Congreso, Cipriani apoyó la campaña por dicha constitución que incluía la pena de muerte.
Cuando guerrilleros MRTA asaltaron la embajada japonesa durante meses, en las negociaciones Cipriani se prestó a llevar cámaras ocultas, para saber cuándo y cómo entrar al recinto, y asesinar a los guerrilleros, una vez derrotados y desarmados.
La denuncia por pederastia se había realizado en 1983, pero fue ocultada y el entonces obispo siguió subiendo en la jerarquía eclesial y política.
En su viaje neocolonial a Perú, la presidenta de la Comunidad de Madrid recibió la misma medalla que Cipriani.
Cipriani y Aliaga son del Opus Dei. ¿Y la señora Ayuso?
Nada más llegar a la Alcaldía Aliaga mandó borrar un hermoso mural de doña Máxima Acuña, premio "Goldman" ambiental por su resistencia a las mineras norteamericanas de Cajamarca.
Ahora Aliaga y Ayuso han coincidido en el regreso de la estatua de Pizarro a una plaza central de Lima, de donde había sido retirada en una acción "descolonizadora".
Esta escultura es copia idéntica de la que preside la gran plaza de Trujillo en Extremadura, donadas ambas por la norteamericana viuda de Charles Cary Rumsey. Una tercera copia está en Búfalo.
Hugo Cabieses, ambientalista revolucionario mariateguista peruano, ha escrito hoy:
"¡Nunca olvidaremos que este pederastra fujimorista dijo en 1995 que 'los derechos humanos son una cojudez' y que puso un cartel en su curia de Ayacucho 'no se aceptan denuncias' sobre el mismo tema. Cipriani debería estar preso y no suelto en plaza difundiendo sus fobias derechistas y anticristianas. El Xristo pobre difundido por Gustavo Gutiérrez debe estar indignado.
Precisamente hoy había una jornada presencial en la parroquia de San Carlos Borromeo, y virtual en conexión Perú, en torno al fallecido Gustavo Gutiérrez, uno de los "fundadores" de la Teología de la Liberación.
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