Agradecimiento a todo el personal del AVE de Asturias
Escrito de agradecimiento a todo el personal del AVE que el día 25 de enero cogimos en Oviedo destino Castellón a las 11.40.
El AVE retrasó su salida nueve minutos a consecuencia de la negativa de mi hijo Tono a subirse al mismo, originando tremenda expectación en la estación.
Tanto las personas de seguridad como el personal de la tripulación mostraron un trato exquisito, con mucha paciencia y empatía hacia él.
Todo comenzó por una desafortunada e inaceptable ubicación en los vagones que nos hizo una agencia de viajes.
Cuando fuimos a dicha agencia explicamos que nuestro hijo está dentro del amplio abanico del espectro autista, y algo a lo que tiene pánico es al avión, por lo tanto el viaje lo teníamos que hacer en tren. Él nunca tuvo miedo a viajar en ese medio de locomoción, en el AVE era la primera vez que lo iba a hacer y ahí nos dio la sorpresa, sobre todo a los demás pasajeros, que desconocen el comportamiento que pueden tener las personas con autismo.
A la persona que nos atendió en la agencia le dijimos que éramos cinco personas las que hacíamos el viaje y que queríamos estar todos juntos.
La cosa fue que nos ubicó en distintos vagones, y lo peor es que Tono tenía que ir en otro asiento y con el acompañante que le tocara, que no íbamos a ser ninguno de los cinco. Este despropósito ocasionó un desbarajuste para el personal del AVE al ver que no podíamos estar al menos uno de los cuatro con él.
A Tono le tocaba ir en el vagón de los amigos que nos acompañaban, pero no a su lado porque su asiento era otro. Su padre y yo estábamos en otro vagón y cuando Tono se negó a subir se armó el caos.
Quiero dar las gracias en nombre de Tono y en el nuestro a todas las personas que mostraron empatía y comprensión hacia él, entre los que estaban el guardia de seguridad, que hizo todo lo posible para tranquilizarle, incluso le puso vídeos de coches de carrera, que le encantan. También al interventor Jorge, que tuvo la amabilidad y el detalle de cedernos el sitio que usan las autoridades cuando utilizan el AVE para que estuviéramos tranquilos y todos juntos, pasando cada poco a visitarnos y ver que Tono estaba bien. También a la asistente de a bordo Laura Gallo, que con sus cariñosas palabras le motivaba y animaba a subir a su ritmo sin apurarlo, ella estuvo pendiente durante el trayecto de que Tono se sintiera bien. Muchísimas gracias a todos los que de alguna de las maneras habéis mostrado respeto y comprensión hacia una persona con distintas capacidades (DC)
Como padres de Tono esperamos que tanto Jorge interventor como Laura Gallo y demás personal no tengan ningún problema por actuar con tanta compresión y empatía hacia una persona con autismo; con su padre, conmigo y con los amigos que nos acompañaban.
Fueron momentos muy angustiosos, el que peor lo pasó fue Tono, pero los amigos que nos acompañaban también pasaron lo suyo, primero por Tono, y también porque veíamos que el tren tenía que salir y la cosa se complicaba.
Solamente quienes vivimos esta realidad sabemos lo que es, cada persona TEA es única y cada una tiene sus características y sus necesidades. Pero se agradece encontrar personas que sin vivir el TEA muestran interés por informarse y cuando se da el caso que comento nos dan lecciones que ojalá se llevaran a cabo en todos los sitios por igual.
Al día siguiente, cuando regresamos, Tono subió al AVE sin problema alguno. Él tiene todo planificado y sacarle de sus rutinas lo descoloca, este viaje imprevisto que le echaba por tierra sus planes también pudo influir en su negativa a subir al AVE, al regreso como sabía que volvía a su sitio seguro, a su refugio, a su casa... ya le cambió el chip.
También agradecer que al regreso nos acompañó una asistente de estación para ubicarnos a todos juntos, después de hacer las gestiones pertinentes para que no hubiera problema alguno.
Una odisea de viaje donde Tono fue el protagonista, pero que también nos mostró que todavía quedan personas que nos hacen pensar que no todo está perdido, y que las personas más vulnerables ojalá encuentren en sus vidas a seres humanos como Jorge, Laura Gallo, guardias de seguridad que ante momentos de incertidumbre te pongan música o películas para relajarte, y a tantas personas más que dan un trozo de sí mismas para ofrecerlo a los demás. Miles de gracias a todos por existir y hacernos la vida un poco más llevadera.
Todas estas personas merecen un reconocimiento público y este es el nuestro.
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