La emoción de ser lelo y no enterarse de nada
Mientras el fiscal general del Estado comete la anomalía democrática de negarse a declarar ante el juez Hurtado, la fiscal teniente general del Supremo se niega a preguntar al mismo juez, y otro juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, se niega (tampoco quiso el Supremo) a pedir las cintas de Delcy con Ábalos, pese al riesgo de destrucción de pruebas, siguiendo modelos de móviles fantasmas, comisiones fantasmas y un montón más de fantasmas, que están pero que no vemos (para eso son fantasmas).
Si no hay historias que ocultar y todo son bulos de la "fachosfera", ¿qué mejor proceder que poner a disposición de la opinión pública, o mejor, de la justicia, las pruebas de que no ha pasado nada?
Pensé que lo procedente sería enviar mi queja directamente a Moncloa pidiéndoles que le dijeran a Sánchez que dejara de complicarnos la vida enfrentándonos a unos con otros, pero luego me di cuenta de que tal vez me estaba volviendo loco.
Seamos claros: no somos clarividentes. No sabemos cómo se desarrollarán las cosas "grosso modo", mucho menos en detalle, ni cuándo y cómo se desarrollará exactamente la narrativa, ni por qué los perros maúllan y los gatos ladran.
Somos espectadores de lo que creemos que es un "reality show" que nos afecta, tratando de anticipar cómo los directores del programa pueden haber decidido desarrollar la historia al margen de sus votantes.
El director actual es un gestor finito, acabado, con mucha altura física, poca altura moral y cara de cemento armado, un mago del trile que, afortunadamente, más pronto que tarde será arrojado a los leones, acompañado en el "reality" por irredentos acólitos y espectadores en shock que habrían optado por el suicidio colectivo antes de renunciar a su amado líder benefactor.
Habremos dejado atrás el olor a mierda, el conducir por terrenos pedregosos y de pesadilla, para llegar, por fin, a la autopista, bajar las ventanillas y respirar.
En el horizonte, nada de mentiras, estafas, corrupción, robos, traiciones o incumplimientos. Solo luz, transparencia, responsabilidad y... elecciones generales, sí.
Por si se diera el caso, yo empiezo hoy la campaña recordando "mi" programa: independencia judicial, nueva ley electoral para que los españoles seamos libres e iguales, independencia de los medios de comunicación públicos, persecución en serio de la corrupción, racionalización del gasto público, limitación de chiringuitos y puestos políticos en la Administración... A ver si esta vez estamos atinados.
Uf, menudo sueñecito acabo de tener.
Saludos cordiales.
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