"Ojo al dato"
La avalancha de datos en la que nos vemos inmersos se está convirtiendo en sí en una nueva forma de modelar las sociedades, y su ritmo es tan frenético que los sistemas actuales no son capaces de asimilarlos. Prueba de ello es que en el día a día político ha desaparecido la capacidad analítica de los mensajes que emiten en la mayoría de sus intervenciones, y así se arrojan pertrechos de datos cada vez con menos fundamento y más alejados de su función primordial, cual es gestionar los recursos humanos y materiales de una sociedad para lograr el bienestar común en el mayor grado posible.
Como resultado se atisba ya bien a las claras que la política de partidos desarrollada por la socialdemocracia ha sido fagocitada por el liberalismo, y, como producto de esta combustión, los radicalismos están surgiendo y cayendo sobre la "cultura occidental" como lapilli desolador.
Valgan dos ejemplos que elaboro con más o menos imaginación (ningún animal ha sido maltratado). La nueva dirección de EE UU ve a Europa como un rival "asequible", por lo que lo más normal es que se acerque a la extrema derecha, porque dando alas a un sector radicalizado conseguirá desestabilización y quien le haga el "trabajo sucio".
En otro orden de cosas, hay comunidades en nuestro país que apuestan decididamente por la medicina privada, porque se "ayusan" de la idea de que ya no es tan necesario generalizar la cura de la población como que una cierta parte tenga una salud "mejorada" que permita ganar mucho dinero. Así lo refleja ya Noah Harari cuando escribe que se tiende a mejorar la vida de unos cuantos sanos por encima de curar a los enfermos.
Históricamente, ahora vendría el imperialismo, que, cimentado sobre los restos de la democracia, habrá de conformar un nuevo modelo social. Así que "ojo al dato".
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