Los sindicatos actuales son otro chiringuito más de Pedro
Los sindicatos (UGT y CC OO) están siendo marionetas del poder establecido, con lo cual desfiguran su propio cometido.
Si Marcelino Camacho y Nicolás Redondo revivieran, se sentirían tremendamente dañados por el proceder de estos líderes títeres de Sánchez y Puigdemont. Uno de ellos hasta hizo de recadero de Sánchez viajando a Waterloo para negociar con el delincuente fugado. No se puede tener menos dignidad y desprecio por un cargo tan importante.
Los que vivimos el sindicalismo en sus principios después de la Transición con aquella ilusionante lucha para mejorar la vida de los trabajadores, por salarios dignos, por su seguridad laboral y su bienestar, no nos sentimos representados en estos líderes sindicalistas actuales. Son un chiringuito más a las órdenes de Pedro Sánchez. Están dentro de su plan de controlar todo.
Los sindicatos en nuestra Constitución los hace tan importantes que son una pata más que configura nuestra democracia, protegidos a la altura de partidos políticos y organizaciones empresariales. Son tres pilares básicos con otros órganos casi absorbidos también por ese poder absoluto que pretende Sánchez: Poder Judicial, Prensa libre, Constitucional, Audiencia Nacional y Fiscalía.
Artículo 7:
"Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley".
¿Qué le ocurre a este país? Se volvió sumiso, complaciente, consentidor... Perdimos la dignidad, nos mienten y escupen a la cara, nos manipulan, convierten el poder y el Estado de Derecho en su cortijo, a su medida, con nuestro dinero compran voluntades, cierran bocas, crean chiringuitos a su medida, todos con cargos y sueldos tan golosos que no se resiste ninguno a caer en ellos y vender su propia dignidad.
Está sociedad no merece más que lo que se ve venir.
A todo poder que pretenda perpetuarse le interesa más crear un Estado de beneficencia que un Estado de Bienestar y de Derecho, parece lo mismo, pero no lo es. El primero convierte a la sociedad en dependiente del poder que le regala la subsistencia. Sin embargo, la finalidad del segundo consiste en crear las condiciones para facilitar y mejorar la vida de los ciudadanos según su propia capacidad y emprendimiento. Crear un marco laboral con empleos dignos. Hacer libres e independientes a los ciudadanos del poder establecido, que siempre busca incondicionales cuando reparte con dinero de todos paguitas aquí y allí. Solo serían justificables cuando alguien no pudiera por incapacidad, enfermedad, edad o cualquier causa ajena a su disposición, a no poder ganarse la vida por sus propios medios.
"Quitarle dinero al que trabaja para dárselo al vago es hacer más pobre al trabajador y más holgazán al vago". Es sembrar miseria para recoger mendicidad, sumisión y dependencia. Está todo en los anales del buen tirano.
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