Necios o estúpidos, según la RAE
Desde un punto de vista subjetivo, en los que participamos en esta sección de LA NUEVA ESPAÑA hay una mezcla de vanidad y valentía, de desfachatez y coraje, también de patetismo y soberbia, expresando opiniones que, obviamente, nadie nos ha pedido.
Yo mismo soy un ejemplo de lo que digo, por eso voy a escribir de algo que ni mi familia, ni usted, ni mis mascotas, me han pedido.
El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha presentado la semana pasada el programa "Mejores amigos", que amplía las coberturas de protección social a personas vulnerables, al ofrecerles atención veterinaria gratuita o a precios reducidos para sus animales de compañía.
Los precios reducidos son para usted y la atención sanitaria para sus mascotas, no vaya a ser que le pase lo que a mí y entienda todo al revés, creyendo que los precios reducidos son para sus mascotas y la atención veterinaria para usted.
Excelente oportunidad que me ofrecen los políticos para poner a mi perro, "Cicerón" se llama, como un figurín a coste cero: analítica general, vacunas, antibiograma, cuidar su higiene bucal, empastarle dos premolares que tiene molidos, palitos para evitar el sarro, cepillo y pasta de dientes indicados para él, anorak calefactado, peluquería... un figurín, ya digo, envidia de todo el gremio canino y orgullo para su dueño.
Claro, me falta por señalar al elemento "benefactor", que no es otro que el Gobierno, quien se acaba de inventar una mina de oro con las mascotas, los dueños de las mascotas, las farmacias, los veterinarios..., con el señuelo de que hay que luchar contra las "resistencias antimicrobianas".
Me refiero a algo tan creativo e ingenioso como aprobar un real decreto de control de antibióticos que, en síntesis, obliga a los veterinarios a registrar de forma telemática cada vez que dispensen o receten antibióticos a una mascota, más un antibiograma (un cultivo antes de recetar el antibiótico), más las sanciones por incumplimiento que parten de los 60.000 euros, y algunos otros requisitos.
En España tenemos tantos perros domésticos como pensionistas, nueve millones, y un poco menos, siete millones, de gatos. Total 16 millones de consumidores contaminantes e insolidarios de cuatro patas que, si procede, hasta dispondrán de su receta de crónicos, como los pensionistas en las farmacias.
Esto es realmente lo que mola y no que los guarrillos mayores de 50 años, por una torcedura en el pie, pidamos masajistas colombianas gratis total, con cargo al mismo Ministerio.
Además, si le parece extemporáneo e inmoral que los políticos legislen para que muchos cenutrios hispanos vivan peor que sus mascotas y tengan que pasar las de Caín para llegar a final de mes, consuélese pensando que en el futuro, cuando los inmigrantes se conviertan en emigrantes, de vuelta a sus países de origen, y dejen de "pagarnos" nuestras pensiones, serán las mascotas las que tomen el relevo.
La verdad, no sé si reír o llorar, pero me consuela el regusto vengativo de pensar en ver a un perro cagando donde le dé la gana y que un pijo progre venga detrás, recogiéndole la mierda. Una gozada.
Entiendo que la palabra perfecta para definirnos es la de gilipollas (necios o estúpidos, según la RAE), tan perfecta que voy a repetirla, ¡gilipollas!
Saludos cordiales
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