A Marisol Guerra García
Apreciada Marisol:
Tenía una cita médica contigo en el centro de salud de Contrueces días atrás y me informaron de que ya no estabas, que te habías ido a otros menesteres; vamos, que nos abandonaste. ¡Vaya sorpresa! La verdad es que no me lo esperaba. Te consideraba, te considero, una buena médica, con sapiencia, amable, tenaz, diligente. Hasta ahora pensaba que los buenos médicos atendían a las personas y que los otros eran los destinados a otros puestos digamos de índole más burocrática. Ya lo siento, y como yo, todos tus pacientes, estoy seguro. Me dicen que ocuparás la gerencia del área de Gijón, no te has ido muy lejos. También me he enterado de que ya ocupas un puesto directivo en la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia), por lo que, sin duda, inclinas tu vida profesional por estos derroteros, al menos en la actualidad, puedes cambiar, aún eres joven. En cualquier caso, Marisol, ha sido un placer tenerte como mi médica de familia y agradezco tu trato y atención, junto con mi esposa. Te deseo, estimada doctora, que todo te vaya bien, profesional y personalmente, te lo mereces, y ya sabes dónde nos tienes.
Un abrazo.
David Prado F. Villarmarzo
Gijón
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