Hacienda traspasa fronteras en su afán recaudatorio
La única diferencia entre los gobiernos y un grupo de tahúres es que los gobiernos llegan antes, montan las mesas, aleccionan a los crupieres, marcan las cartas y ponen las condiciones.
Cubren de oro a periódicos y televisiones afines para sus campañas de publicidad, enmascarando sus motivaciones reales, creando la idea de socialdemocracia y justicia social para justificar el expolio y perfilar el atraco final.
La coincidencia, por un lado, está en que tanto los gobiernos como los tahúres exigen de sus protegidos pingües "mordidas" para dejarlos tranquilos y protegerlos de ser esquilmados.
La diferencia, por otro lado, radica en el inmenso crecimiento de la extenuante presión fiscal, sobre todo, de los últimos años.
A los que se resistan a ser robados..., bueno, allá ellos, pero tienen que ser conscientes de que habrán de lidiar en clara desventaja con las Haciendas respectivas, y eso son palabras mayores.
En el caso de nuestro país, son recurrentes los casos en que un sujeto pasivo se ha gastado más en costas que lo que tendría que haber pagado a Hacienda, básicamente porque, como denuncia un reciente artículo del "Financial Times" titulado "Warning, spanish pickpockets operating in this area" ("Peligro, carteristas españoles operando en este lugar"), la Hacienda española actúa "de una manera inconsistente con las leyes fundamentales europeas y los derechos humanos". "Los inspectores fiscales españoles, spanish pickpockets, tienen bonus por recaudar lo máximo posible. Sin embargo, no son penalizados cuando pierden el caso".
Supongo que esos inspectores de supuestos incumplimientos o fraudes ya han perdido la humanidad y, sin importarles el dolor que causen, se han convertido en máquinas recaudatorias de un sistema injusto, antidemocrático y extorsionador, tanto con Montoro como con Montero, práctica abusiva que obliga a muchísimos sujetos pasivos a claudicar ante el acoso de Hacienda porque no les compensa defenderse.
Un afán recaudatorio que nos expone a la crítica internacional y nos retrata como "carteristas", a todos, porque la mancha es para España entera, puesto que se entiende que esos impuestos son para el país y no para prostitutas, cocaína, mariscos o disfrutes varios del poder.
"Plata o plomo", de Pablo Escobar, es el lema imaginario de la Inspección de Hacienda contra los indefensos contribuyentes españoles, aunque me gusta más una de las mejores barras de ToteKing: "Como Hacienda te eche el ojo, no querrás ni ganar dinero". 100% real.
Claro que no siempre sale escaldado el contribuyente. Al respecto, máxima expectación por ver el previsible giro de Hacienda con respecto al hermano del Presidente, que cobraba de todos los españoles porque ¿trabajaba? en España, pero vivía a unos ocho kilómetros allende la frontera con licencia fiscal de Portugal, así que tributaba en el país vecino.
Es más fácil entenderlo sabiendo que, presuntamente, está "asesorado" por la Abogacía del Estado, "defendido" por la Fiscalía del Estado e "ignorado" por Hacienda..., como todos.
No es un jeroglífico, o sí. Para ponérnoslo más fácil, justo el día 6 ha dimitido.
Saludos cordiales.
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