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Tyrannosaurus Trump y el resurgimiento del Cretácico

21 de Febrero del 2025 - José Fernando Suárez Mejido (Villamorey)

Muchos demócratas y gentes que creemos en el Estado del bienestar y en la igualdad estamos, no sé si decir asustados, escandalizados, aterrados o simplemente alucinados, con este revival de Parque Jurásico y Cretácico que se pretende imponer en la estructura geopolítica mundial.

La evolución biológica ha sido un proceso lento y selectivo que ha llevado a que el Homo sapiens, merced en gran parte a su cerebro más desarrollado, haya alcanzado un punto de inflexión en la descarnada lucha por la supervivencia de la naturaleza, buscando caminos racionales que intentarán minimizar el sufrimiento de la especie. Primero se eliminó la esclavitud, después se buscaron caminos para defender los derechos de los trabajadores en la cuasi esclavista Revolución Industrial y se fue avanzando en la igualdad de derechos, la lucha contra el racismo o, más recientemente después de un largo camino, la igualdad de derechos y el reconocimiento de la violencia de género contra las mujeres y la defensa de otros colectivos todavía castigados y de los más débiles. También hemos logrado tomar conciencia de los problemas medioambientales que pueden significar el suicidio de la especie.

Hasta la fecha todo es todavía muy imperfecto y existen éxitos pero también fracasos. Ahí tenemos África, donde el civilizado norte sigue teniendo marginada y aislada a una parte de la humanidad, precisamente en la cuna que vio nacer a nuestra especie. África sigue siendo todavía el gran pecado original de los europeos.

Pero lo que nadie nos esperábamos es que los supuestamente extinguidos dinosaurios salieran de sus huevos fósiles e intentaran destruir en meses los milenios de evolución y desarrollo del Homo sapiens. Pretendiendo imponer con sus grandes cuerpos rellenos de billetes podridos los dictámenes de sus minúsculos cerebros, volviendo a encumbrar la violencia física y económica como la línea de conducta normal de nuestra especie. Desgraciadamente, los dinosaurios que nos intentan atacar no son plácidos Diplodocus herbívoros, sino los carnívoros Tyrannosaurus, que, aunque con enormes y pesados cráneos pero con un cerebro solo ligeramente superior al de otros dinosaurios, tienen su poca inteligencia orientada a atacar y depredar a todo ser vivo que les rodee y a avanzan con sus negacionismos médicos y medioambientales hacia la segunda destrucción de la vida desarrollada sobre la tierra.

No olvidemos que somos primates homínidos, estamos mucho más desarrollados y nuestros cerebros son suficientemente complejos para combatir y destruir a estos seres fósiles y simplones resurgidos del Cretácico. Nuestro desarrollo humano no puede ser frenado por esta ultraderecha agresiva y deshumanizada.

Solamente hay un arma poderosa que los dinosaurios carnívoros de la ultraderecha actual tienen y que no poseían sus congéneres del Cretácico. La mentira. Ese es el primer objetivo a combatir para salvar a nuestra especie.

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