Carta al Sr. Presidente del Principado
Habiendo nacido en el año 1941 se puede uno imaginar que mi vida no ha sido un camino de rosas. Nacida en la cuenca del Nalón, tuve que ver cómo mi madre tuvo que sacar adelante ella sola a su familia trabajando en un lavadero de carbón. También me tocó vivir numerosas inundaciones de nuestra casa cuando el bravo río Nalón se desbordaba en Frieres. Todo eso y mucho más nos hizo crecer con unos valores de humildad, educación y esfuerzo en el trabajo. Con el paso de los años formé mi propia familia e incluso en los finales de los años 60 me saque el carné de conducir de 1ª, siendo una de las primeras mujeres de Asturias en conseguirlo.
Una vida de trabajo en casa y fuera de ella, hasta que llegó la edad de la jubilación y mi marido enfermó y pasé a ser cuidadora de un gran dependiente durante mas de diez años, hasta que falleció. Ahí ya empecé a comprobar que la Administración no funciona como debiera. Pasaron los años y pasó mi vida. He llegado hasta aquí, a mis 84 años, con mucho esfuerzo y trabajo. Gracias a Dios siempre he tenido una salud más o menos buena y siempre que la necesité nunca he tenido mayor problema con la Sanidad Asturiana, hasta los últimos años. Hace unos tres años perdí la visión de un ojo porque la Sanidad pública Asturiana no me atendió en tiempo y forma debido a la lista de espera de mas de año y medio en Oftalmología. En ese momento pensé: "He tenido mala suerte, no debe ser una cosa habitual".
En abril de 2024 mi médico de cabecera me pidió una cita en Dermatología por una dolencia. Pasaron los meses y, al ver que la dolencia aumentaba y no me llamaban para la cita, informé por escrito al servicio correspondiente de la necesidad de esa cita, y me contestaron que se me citaría a la mayor brevedad. Han pasado tres meses más desde esa contestación y aún no hay fecha para la cita. Ante el aumento de la dolencia y viendo la experiencia vivida en el caso de Oftalmología he decidido ir a consulta privada. En esa consulta me han diagnosticado que es un tumor, que hay que extirpar y analizar para ver si es benigno o maligno. CASI UN AÑO ESPERANDO A SER CITADA Y RESULTA QUE TENGO UN TUMOR. Puedo dar gracias a que en ambos casos he podido ir a la Sanidad Privada porque, si no, ahora mismo estaría ciega y aún sin tener un diagnóstico de mi dolencia dermatológica. Contado todo esto a modo de resumen de mi experiencia, Sr. Presidente, ¿a usted le parece normal que tengamos que llegar a esta situación sin que la Sanidad Pública nos dé una respuesta en tiempo y forma? ¿Cuántas vidas se pueden perder por diagnósticos tardíos? ¿Hasta cuándo van a permitir que los servicios públicos sigan degradándose?
Y por si piensan que lo que digo es que cualquier tiempo pasado fue mejor, pues no. Quiero seguir viviendo (aunque me queden pocos años y mucha vida), pero quiero un mundo en el que los políticos trabajen para todos los ciudadanos, tener una sanidad pública eficiente y que gestione mejor nuestros impuestos, porque cada vez pagamos más y recibimos menos.
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