Un parche para la salud mental
Ya ocurrió durante la pandemia con estudiantes de Enfermería, trabajando sin titulación e intentando suplir precipitadamente la demanda de profesionales. Pero parece que el foco sigue sin ponerse en la mejora de las condiciones laborales y la empleabilidad.
Desde el Estado de Sanidad se ha propuesto un diploma de Psicoterapia como parte del Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027. Con esta medida se pretende "reforzar recursos humanos en la atención a la salud mental", defendiendo que es "crucial para abordar la escasez de profesionales en el área".
Paradójicamente, Psicología es una de las carreras más demandadas en la actualidad por los estudiantes. A su término, este grado requiere de una especialización, ya sea mediante el PIR o un máster habilitante. En el caso del Máster General Sanitario, aprovechando la limitada oferta pública, las plazas de universidades privadas concurren con un desembolso frecuentemente incosteable, llegando hasta los 17.000 euros. Según Antonio Ferrer, presidente de la Conferencia de Decanos y Decanas de Psicología de las Universidades Españolas (CDPUE), la cantidad de titulaciones supera con creces las oportunidades laborales actuales. Entonces, ante esta saturación del mercado, ¿el estado de bienestar generará más puestos de empleo para reforzar el sistema de salud mental? ¿Regulará los precios del máster o ampliará las plazas públicas, facilitando un acceso más horizontal a la especialización?
Parece ser que no. En su lugar, plantea apaños, estrategias rápidas con la mínima inversión: reducir drásticamente la formación, con la consecuente proliferación de enfoques pseudocientíficos y alimentando plataformas lucrativas. ¿El resultado? La precariedad. Profesionales cualificados sin oportunidades laborales y perfiles no especializados ejerciendo a bajo coste.
La salud mental demanda recursos reales, no atajos.
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