Pedro Sánchez financia su poder absoluto con dinero de todos nosotros
Condonar deudas contraídas por despilfarro y malversación de fondos públicos por plantear un golpe de Estado es indecente; hacerlo a cambio del apoyo de estos corruptos, delincuentes y fugados de la justicia española para aferrarse al poder es corrupción sin más.
Darles impunidad también pisotea la igualdad de todos ante la ley y la separación de poderes.
Ya lo hace sin esconderse, hace buenos y socios a estos y a los que homenajean a los asesinos terroristas de ETA cuando salen de la cárcel, mientras señalan como malos a jueces y críticos por no dejarse comprar.
Lo hace con el dinero de todos los españoles. Es la indecencia institucionalizada al más alto nivel.
Solo nos queda el Constitucional, si da por buena la amnistía, con el sistema electoral que tenemos, que claramente beneficia a los independentistas, tendremos sanchismo para mucho tiempo.
Mucho se habla de Alemania, allí los partidos que no logren el 5% de los votos se quedan fuera sin representación; trasladado aquí, en España Sánchez se quedaría sin socios.
No puede este país sustentar su Gobierno sobre los partidos que se quieren ir de él y que dieron un golpe de Estado en toda regla en Cataluña.
Ya no queda dignidad, las circunstancias actuales superan cualquier planteamiento democrático. La mayoría de medios están vendidos a una y otra opción ideológica, la arbitrariedad profesional está causando un daño irreparable a una sociedad adormecida y sumisa. No hay democracia que pueda resistir sin periodistas libres y valientes que fiscalicen ese poder continuamente. De lo contrario, pasará lo que ocurre, putrefacción a todos los niveles. Ya no hay estamento que no esté impregnado de afinidad al poder. Huele todo tan así de descompuesto que los políticos perdieron el respeto por el pueblo y las formas.
Quien tiene que hacer cumplir la ley no puede saltársela. Pues lo hacen delante de todos nosotros. Lo peor de todo, si no lo hacen los unos, lo harán los otros, por el medio queda tragarse está panda de sinvergüenzas que no cumplen su programa electoral, que nos mienten en el mismo morro, que viven muy bien aferrándose a un sistema donde la corrupción del poder no tiene castigo, se indultan y amnistían entre ellos, se moldean leyes y Constitución sin pudor, sin que podamos confiar en esos Tribunales de Justicia y los organismos que deberían velar por una democracia transparente y el cumplimiento de las leyes, como son Parlamento, Senado, Tribunales de Cuentas, Tribunal Constitucional, Consejo de Estado, Defensor del Pueblo, Banco de España, Consejo Económico y Social, Fiscalía, Abogacía del Estado, Audiencia Nacional, oposición, prensa libre... Y más, como pudiera ser la jefatura del Estado, tan simbólica como innecesaria así como está. Tenemos un rey respetado y preparado, una reina que se ganó el seguir cuando la dana, pero sin más papel que vivir a cuerpo de rey sin esa premisa constitucional de velar por la unidad, permanencia, arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones... Pero no, ni eso pueden o quieren hacer. Prefieren vivir a la sombra por conservar la herencia familiar. Otra anomalía democrática, si no sirve para na, pues fuera con ellos. Estar pa na, es otro despilfarro sin más.
Como ven, no es por falta de organismos y cargos a repartirse entre muchos, todos viven de nuestros impuestos, de ahí que la sanidad vaya a menos. Todo está tan dominado por un poder absoluto que nos hace sentir estar en una democracia en manos de quien no la respeta y defiende.
Solo espero que el Tribunal Constitucional eche abajo esa amnistía y tenga respaldo en los órganos del Poder Judicial. Esperar que nuestros políticos enderecen esta deriva es soñar despiertos. Por eso hablan de que no podemos judicializar la política, la quieren ellos manejar y cambiar a su antojo para que los tribunales de justicia solo sean comparsas de esa farsa.
No es ninguna broma la deriva de nuestros políticos. Vale cualquier arribista para pervertir todo. El pueblo está dormido, los medios dominados y los profesionales, sin opción a nada, si lo hacen se quedarán con menos posibilidad de ejercer su profesión algún día como desean todos ellos con toda seguridad. Es un sistema que se traga y hace tragar. Solo una ley de prensa con subvención suficiente, exigencias y protección constitucional a la altura de partidos políticos y otros órganos fiscalizadores pudiera poner freno a tiranías encubiertas como la nuestra.
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