Una tragedia real
Recientemente, tuve la ocasión de asistir al acto "El futuro de las pensiones", organizado por BBVA, que se abrió con un debate moderado por el periodista Fernando Ónega y con la presencia de la ministra de Seguridad Social y del presidente de Asturias.
A mis 59 años, no suelo asistir a actos a los que asisten políticos, pero por mi cargo en el fondo de pensiones de la empresa en la que trabajo lo hice para informarme y mereció la pena.
Mereció saber y confirmar lo que tanto se teme, aunque no sea nada agradable (más bien diría que es terrorífico), que es ratificar sin ningún género de duda que estamos gobernados por aquellos que solo persiguen estar en el "puesto", figurar y de paso ganarse un buen dinero a costa de los demás, solo a base de mentir y hacer demagogia del peor tipo posible aun siendo conscientes de que nos llevan a todos al matadero.
No es por criticar, ¡qué más quisiera yo no hacerlo!, y qué más quisiéramos todos, o eso creo yo, estar en manos de personas sensatas y que velen por el interés de todos con ideas y planteamientos realistas y con un poco de conocimiento sobre lo que gestionan.
En el debate señalado, el presentador, Fernando Ónega, con quien tuve ocasión al final de comentar estas impresiones mientras me miraba con curiosidad y pena, preguntó: "¿De dónde sale el dinero para pagar las pensiones?" (en un contexto en el que todos nos preguntamos cómo se puede afrontar unos gastos de 200.000 M anuales, que representan aproximadamente el 40% del total del Presupuesto General del Estado).
Y ahí viene una parte de la tragedia que fue para mí estar presente en este debate. La Ministra responde que "este dinero se puede conseguir por los excelentes ratios de trabajador/jubilado que tenemos en España, cuyo valor medio es de 2.4 y que en Asturias, aún mejores, son del 1.4". Y ahí quedó la respuesta, y nadie dijo "esta boca es mía".
Si solo hubiera sido eso, podría haber pensado que fue un "lapsus", porque es evidente que cuantos menos personas activas y más jubilados el sistema contributivo en el que se basan las pensiones es absolutamente imposible. No obstante, todos los tenemos, me refiero a los "lapsus", e incluso alguien tan preparado como una ministra y un presidente autonómico asintiendo y orgulloso de la explicación de su compañera de partido.
Pero no, lamentablemente no fue un "lapsus", fue la realidad de lo que hay. El debate, de unos 45 minutos de duración, fue un cúmulo de mensajes vacíos, pero amables, con una carga demagógica total de lo más rastrero, siempre con un tono amable, generalista, buenista, entremezclado con mentiras y, cómo no, ataques a la oposición, que no sé qué pintaban en este debate.
Mentiras tan infames como que, por ejemplo, la subida del IPC garantizada es una decisión del Pacto de Toledo, olvidando o, mejor dicho, ocultando que en ese Foro, constituido inicialmente por expertos, se decidió allá por el 2014, creo recordar, establecer un índice de sostenibilidad que teniendo en cuenta el IPC, la edad de jubilación, la esperanza de vida, el crecimiento económico, etc., modulase la subida anual para que el sistema fuera sostenible. Y así se hizo un año, pero no más, porque luego el primer partido que votó en contra de lo pactado fue el que ahora está en el Gobierno, y con ello, posteriormente, todos los partidos se olvidaron de ese acuerdo de expertos, porque el voto del pensionista es lo primero... porque lo primero, y lo último, para cualquier político es ganar, estar en el poder a cualquier precio, aunque sea a base de perjudicar a sus votantes y al país que representa.
Recordemos que España, desde que lleva gobernando Pedro Sánchez, se ha endeudado en otros 500.000 M, estando ahora la deuda pública por 1,6 billones de euros, lo que supone durante su Gobierno casi 100.000 millones de euros al año, y, por supuesto, es razonable pensar que el peso en esa deuda del presupuesto de las pensiones, considerando que representan el 40%, es más que relevante. Es decir, la realidad es que una parte elevada del dinero sale de la deuda, y es razonable concluir que nuestras pensiones se están pagando a base de endeudarnos, lo que tendrán que afrontar las generaciones futuras y también las presentes.
No merece la pena añadir más tragedia en relación con el tema de las pensiones, pero sí en relación con la clase política que nos gobierna. Cuando uno asiste a un acto de este tipo y se encuentra directamente con esto, ya no con titulares de noticias u opiniones de comentaristas, solo te queda una desazón infinita, y te vas con una preocupación interna sin solución. Te queda constancia de que el eslogan "No es magia, son tus impuestos" es otra frase demagógica, de buen compás y mejor tono, que refrenda que los políticos, quiero pensar que no todos pero sí constato que los que gobiernan, solo tienen un eslogan: "Yo, yo y mil veces yo", sin importarles para nada todo lo demás.
Pedro Sánchez es el rey con diferencia de ese eslogan, eso es un hecho incontestable, que no una crítica, y es normal que esto se contagie. Pero no es justo, ni correcto, ni honesto, ni nada, que sea el único eslogan o manual de actuación que tienen todos los que están en el Gobierno, desde el ministro hasta el último cargo político; por lo visto, no solo en el de España, sino también en el de Asturias.
Y lo peor de todo es que no hay solución, y no digo que no parece que la haya, es que definitivamente no la hay, porque el sistema democrático que tenemos es lo que promueve y hace, especialmente en los últimos años y cada vez más en el presente.
Decía Churchill: "El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio"; yo creo que eso queda hoy día ampliamente superado si en vez de votante medio lo sustituimos por "político con responsabilidades".
En fin, una tragedia real.
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