Falsa alarma. Los okupas no emigran
España es ese extraño país donde unos okupas llaman a la unidad canina de la Guardia Civil para que "se lleven" a los propietarios; o donde varias familias con perros, gatos y niños con carencias nutricionales okupan un edificio para, seguidamente, cuando el propietario reclama su propiedad, denunciarle en el Juzgado por allanamiento de morada.
Aunque la ley distingue entre allanamiento y usurpación, algo muy serio y preocupante pasa en nuestro país con la propiedad privada; mientras la tenemos, podemos disfrutarla, pero si te la okupa un okupa, lo pierdes todo, hasta tu dignidad.
Si le cortas la luz o el agua, te denuncia por quitarle lo esencial para que pueda vivir en tu vivienda; si le presionas, te denuncia por amenaza; si entras en tu casa, la tuya, te denuncia por allanamiento de la "suya"; si son okupas con menores, no los sacas ni con bombas de racimo.
Así, mientras salen en las noticias, cada vez con más frecuencia, que españoles jubilados malviven en trasteros sin ventilación, los okupas e inquiokupas campan a sus anchas blindados por las leyes de un Gobierno que son toda una invitación para entrar en domicilios ajenos, sabiendo que las normas del Ejecutivo les otorgan una suerte de patente de corso para delinquir.
Y, entretanto, ya digo, los verdaderos vulnerables, hacinados en un trastero. Este es el Gobierno de extrema izquierda que pretende colarnos la milonga de que "España va como un cohete", mientras hordas invasoras de lo ajeno aventuran episodios muy violentos con causa de muerte (al tiempo), sin que las incompetente autoridades, con competencias, se den por aludidas.
Las dirigentes más feministas, beligerantes y extremistas, como Montero y Belarra, convertidas en miserables y sibilinas antiokupas progresistas, defienden a los okupas para que no les ocupen su propia vivienda, y hacen un flaco favor a muchas personas de bien cuando afirman y confirman que la okupación "es un bulo de la derecha".
Al respecto, era la misma Belarra quien en el Congreso definía a empresas como Desocupa con estas desafortunadas palabras: "Organizaciones parapoliciales fascistas violentas (...) su existencia legal es un problema democrático gravísimo". Mira, la okupación no.
De hecho, nos transmiten la idea "ghandiana" de que, si alguien okupa tu casa sin ser invitado y luego decide hacer de tu vida un infierno, el conflicto se puede resolver con un mínimo de empatía por tu parte; simplemente, tú te vas y dejas que sea el intruso quien se quede con la casa. Ya digo, solo un poco de empatía y se evitarán muertes.
Saludos cordiales.
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