¿Una ciudad sin niños?
Vivo en el centro de Oviedo, una zona donde la población envejece y los niños son cada vez más una rareza. No es de extrañar: apenas hay espacios para ellos, y los pocos que existen parecen estar en el punto de mira.
Ahora resulta que se prohíbe jugar al fútbol en la plaza del Fresno (antigua plaza de la Gesta). ¿El motivo? Lo desconozco, pero me entristece que, como ocurre demasiado a menudo, en lugar de buscar soluciones razonables a los problemas se opte por la prohibición directa. ¿De verdad es tan limitada la creatividad de nuestros responsables públicos?
Nos llenamos la boca hablando de futuro, de infancia y de conciliación, pero, en la práctica, parece que cualquier colectivo tiene más derechos que los niños. Durante la pandemia fueron los últimos en recuperar su libertad, y ahora seguimos enviándoles el mensaje de que estorban. Nos estamos convirtiendo en una sociedad que ha perdido el norte, incapaz de priorizar o de entender dónde radica lo verdaderamente importante.
Si queremos ciudades vivas, necesitamos niños en ellas. Y para ello, debemos permitirles hacer lo que mejor saben hacer: jugar.
Atentamente,
Un padre que no entiende nada.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

