Historia contenida de contenidos

Es muy preocupante lo que está ocurriendo, pero quizá nada importe, porque ya es tarde para reaccionar. De cualquier forma, es necesario saber la verdad y ajustar las responsabilidades a quienes, por imperativo legal, asesinaron a un sistema formativo en 1984 y ahora entierran sus contenidos tras la entrada en vigor de la Ley Orgánica 3/2022 de 31 de Marzo: que anula los Cursos de Empleo para crear los Cursos de Especialización. Porque es muy preocupante la pérdida de contenidos y sus consecuencias por no ser transmitidos sacados del circuito de los conocimientos. Esta preocupación puede quedar reflejada en el relato de estas dos historias reales.

Comencé a dar “Cursos de Automatización Oleohidráulica para el Empleo” en 1977. Entonces mi hermano era director técnico de una empresa con clientes en Italia, Austria, Alemania... Cuando a principios de los años noventa del siglo pasado yo le daba la tabarra con que el sistema industrial se iba al traste, si no se desarrollaba y prestigiaba un Sistema de FP Permanente y Ocupacional (siendo como es la inversión más rentable); un día, serio y enfadado (no conmigo sino con lo que pasaba) me espetó: «Carlos, cuando a finales de los sesenta comencé a ir por las empresas de nuestros clientes en Europa, me di cuenta que nos sacaban veinte años y supe que teníamos que acelerar. Ahora, pasados veinte años, estando nosotros ya en la UE, y a pesar de lo mucho que nos hemos esforzado y prosperado, nos sacan cuarenta años. Mira, Carlos, esto ya es un desastre industrial y va a continuar así porque ignoramos su realidad».

A principios de siglo tuve un alumno (digamos que llamado Manuel) al que se le había citado para informarle y ver que se apuntase e hiciese la selección para uno de los dos “Cursos de Automatización Oleohidráulica para el Empleo” que se impartían en el Centro de Formación para el Empleo de Avilés. Él, como egresado del Grado Superior de FP, me dijo: «Ya sé todo esto por haberlo aprendido en el Ciclo Formativo de Grado Superior». Le dije que no estaba obligado a quedarse y me contestó: «Lo sé, pero quería justificarle por qué me marcho». Unos meses después se anunciaba la selección del otro curso (se daban dos cursos diferentes: el uno era continuación del otro y viceversa), vino a verme el día anterior para decirme que estaba muy interesado en hacer el curso; le dije que no se preocupase, que viniese a la selección y que, en el examen, donde se preguntaba si se tenía algún interés y motivo, lo manifestase, que eso era lo que más puntuaba. Pasó dicha selección con creces e hizo ese curso e incluso llegó a hacer el otro. El caso es que, cuando ya estaba haciendo ese segundo curso, tuvo que bajar a hacer gestiones relacionadas con su titulación de Grado Superior de FP a la Escuela de la que había egresado. Estando en secretaría pidiendo el justificante por haberse ausentado en mi curso, le vieron dos profesores con los que tenía cercanía; se pararon a saludarle y le preguntaron: «¿Para qué quieres el justificante, Manuel?». Él les contestó: «Para el profe del curso de Automatización Oleohidráulica del INEM que estoy haciendo». Entonces, sorprendidos e indignados le dijeron: «¡Pero qué diantre vas a hacer tú allí! Si no necesitas que te enseñen nada esos “mataos”». Ante aquel tono despectivo, mi alumno les contestó: «Aprender todo lo que no me enseñasteis aquí y que es mucho». Mi alumno me dijo que, a continuación, casi temió por su integridad física y salió rápidamente sorprendido por aquella actitud. Era la otredad de los cursos de Empleo con su desprecio, algo que ocurría solo y exclusivamente porque tales cursos no los impartía el MEFPD antes MEC.

En el 2006 se publicó el “Marco Europeo de Cualificaciones” (EQF - aprobado en 2008). Rápidamente comprendí que tal marco servía para establecer un verdadero Sistema Nacional de Formación Profesional que contemplase las dos direcciones: la propedéutica académica y la ocupacional hacia el empleo; y tuve esperanza. Pero de nuevo no se entendieron los conceptos del EQF y ahora veinte años después, siguen pretendiendo establecer unos extraños niveles y categorías totalmente ajenos a los niveles y categorías del EQF que son mucho más simples y fáciles de comprender.

Pero lo realmente peligroso, es que se están perdiendo contenidos que quizá pueden ser olvidados sin que nadie luego sea capaz de recordarlos ni de hacer el mínimo esfuerzo por recuperarlos yendo a buscarlos fuera, porque sumidos en la arrogante ignorancia no se les consideran necesarios. Me jubilé en el 2014 y fui testigo en una posterior visita al centro, del total desmantelamiento de los contenidos de los “Cursos de Automatización Oleohidráulica para el Empleo”, que pasaron a ser tan solo una mínima parte generalista mezclada con generalidades de otras tecnologías.

Si se habían mantenido los contenidos de la “Automatización Oleohidráulica” desde 1984 hasta jubilarme en 2014, fue por una sentencia judicial que los protegía a ellos y a mi docencia: «Mientras os mantengáis en vuestro puesto de trabajo docente, ya que si lo abandonáis será amortizado por estar declarado a extinguir, no se os podrá impedir que impartáis los contenidos que ya impartíais y para los cuales habíais sacado una oposición en el Ministerio de Trabajo. Eso sí, por ley no se os reconocerá como docentes». Ahora la pregunta es, entre otras muchas... ¿Cómo salvar los contenidos que declarados a extinguir por la ignorancia se están amortizando por considerarlos innecesarios?