Traición a los enfermos de ELA
El año pasado se aprobó la ley del Principado de Asturias para la atención a enfermos de ELA. Se dotó de 1.800.000 euros, a los enfermos llegaron 200.000. ¿Por qué? Porque la ley es una chapuza, un laberinto burocrático que ni el Principado se aclara. Y eso que se les avisó antes de la aprobación de que era una chapuza.
Pero el Principado estaba más preocupado por si los 15.000 euros/año que, como máximo, puede recibir un enfermo atraían a enfermos de otras regiones.
Un dicho dice que tanta culpa tiene el que mata como el tiene por la pata, en este caso la consejera de Salud no hizo su trabajo vigilando la redacción de ley y Adrián Barbón no sé a qué espera para cesarla. Porque a nadie va a buscarlo la Guardia Civil a casa para obligarlo ser consejero regional, ocupar ese puesto es voluntario y un privilegio. Además, su sueldo lo pagamos entre todos, por lo que pido, más bien exijo, profesionalidad, rigor y eficacia, y ninguna de estas tres cualidades aparecieron en este asunto.
Así que menos ofenderse y más hacer las cosas bien. Hablamos de la diferencia entre morir o vivir, no lo olviden.
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