Desnortado chalaneo
Creo que buena parte de los españoles, que afortunadamente cada día son menos, no se percatan de adónde nos quieren llevar estos desnortados gobernantes y sus extremistas socios. Y pongamos por delante que todos los extremos son malos.
Unos socialistas que burlan la Constitución, vulneran leyes y normas, mienten y desmienten lo que ayer aseguraban que no pasaría, con una sonrisa y caradura dignas de mejor causa. Como decía un antiguo socialista presidente de la autonomía madrileña: «Y de qué se ríen estos tontos».
La Constitución dice que España es una e indivisible, y un Gobierno autonómico que está sujeto y bajo tutela del nacional organiza un referéndum ilegal y proclama la independencia; aunque al poco, ante la gravedad de lo ocurrido, lo anula. Puigdemont, jefe supremo, se fuga a Europa, donde permanece. A él, en rebeldía, y al resto, presencialmente, se los juzga y condena a varios años de cárcel.
Sánchez, con una moción de censura y prometiendo un Gobierno limpio y transparente, con los votos de separatistas, extrema izquierda y filoetarras desbanca a Rajoy y forma lo que Alfonso Guerra tildó de «Gobierno Frankenstein». Este Gobierno los indultó, luego amnistió, y ellos salen de la cárcel asegurando que lo volverían a hacer.
Puigdemont, al que no alcanzó la amnistía por ahora, a pesar de los esfuerzos de Sánchez, sigue fugado. Regresa a Barcelona anunciando día y hora, pasea por sus calles, da un mitin y se marcha. Increíble, cuando Sánchez había prometido traerle a España y entregarle a la justicia. Ahora negocia con él en Suiza con mediador internacional concesiones hasta hace poco increíbles. No contento con una condonación de 17.000.000.000 de euros de un total de más de 70.000.000.000 de euros a que asciende el total, pide que se la paguen toda, control de fronteras, que Cataluña recaude y controle la totalidad de impuestos... Para enmascarar tanta largueza, Sánchez promete una quita a las demás autonomías por el sistema «o lo tomas o lo dejas», premiando a las más endeudados y castigando a las buenas, que tienen menos deuda e impuestos.
Hablan de condonar cuando hasta Felipe González dice que solo es quitarla de aquí y ponerla allí. Endosársela a un Estado que no son ellos, somos todos los españoles, y que estamos hasta el cuello con una deuda impagable, que solamente los intereses rondan los 40.000.000.000 de euros anuales.
Y Sánchez, presumiendo de pacificar Cataluña y renegando de Madrid y de Ayuso, que puso a su comunidad en cabeza, la más próspera, con menos impuestos y más aportación a las arcas del Estado. Con gentes así presume Sánchez de no negociar, ni siquiera hablar. Y no digo, ni siquiera quiero pensar, hasta dónde nos llevará este Gobierno en los dos años largos que le restan a esta legislatura, que a buen seguro agotará si la justicia no se lo impide.
Y que nadie se equivoque: si pierde las próximas elecciones y no puede formar Gobierno, no consigue un buen destino, preferentemente europeo, seguirá como jefe de oposición actuando de acuerdo a sus intereses, no a los de España, ni si quiera a los del PSOE.
P. D. Me entero de lo ocurrido en el Salón Oval de la Casa Blanca entre Trump, su secretario de Estado y el presidente de Ucrania. No hay palabras para calificar a ambos. Los extremos en política, como en muchas demás cosas, no son la solución. En el mundo hoy proliferan políticos de este tipo, y, lo más peligroso, en las grandes potencias. Por sentido común, alejémonos de estos desgraciados y apoyemos a partidos centrados. Derecha o izquierda, pero centrados. Y Europa, a ponerse las pilas, más unión y responsabilidad y menos palabrería vana. Y a condenar contundentemente a dos matones trajeados que insultan, desprecian y avasallan a un héroe que defiende su patria de un criminal agresor.
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