El ahorro energético en los colegios de Gijón
La empresa Giroa tiene adjudicado desde hace unos años el mantenimiento de las salas de calderas de los edificios dependientes del Ayuntamiento de Gijón, lo que incluye a todos los colegios públicos. Este mantenimiento incluye el combustible gastado durante el curso escolar en calefacción. Esto, en teoría, redundaría en un mayor beneficio de la empresa mantenedora cuanto más eficientes sean las instalaciones gastando menos combustible. Pero los señores de Giroa entienden por ahorro energético no sólo hacer las instalaciones más eficientes sino que nuestros hijos pasen frío.
Para que en un colegio haya una temperatura adecuada cuando los niños llegan a las nueve de la mañana, que menos que el arranque de la calefacción sea una hora antes. Pues no, la calefacción empieza cuando empiezan las clases y se apaga antes de las dos de la tarde que salen. Esto se agrava los lunes, por supuesto, después de estar todo el fin de semana parado. Teniendo en cuenta que en la mayoría de colegios públicos tienen el servicio de Atención Temprana en el que se puede dejar a los niños desde las siete y media de la mañana ¿se imaginan el frío que hace a esas horas de la mañana en algunos colegios durante el invierno? Y los pocos colegios públicos que quedan en Gijón sin jornada continua, con clases por la tarde, tienen el mismo horario de calefacción que el resto, es decir, les dejan sin calefacción durante las clases de la tarde. Los centros con edificios más antiguos, con peores aislamientos, notan más la pérdida de confort como es lógico. Y que nuestros hijos pasen frío en el colegio ni siquiera redunda en un ahorro de dinero público como sería el caso si lo pagara el ayuntamiento como antiguamente, sino que beneficia a una empresa perteneciente a una multinacional como es el grupo Dalkia, al que pertenece Giroa.
Por todo lo expuesto espero que todos los padres que desconocían esta situación o los que la conocen y no hayan hecho nada al respecto, protestemos en nuestros respectivos centros para que estos señores saquen el beneficio que les corresponda aumentando el rendimiento de las instalaciones, no haciendo que nuestros hijos pasen frío en clase o desayunando por las mañanas en su colegio, teniendo en cuenta también que hablamos de niños pequeños desde los tres años de edad.
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