Suroccidente asturiano olvidado, servicios...
Estimados diputados de la Junta General del Principado:
Me dirijo a ustedes para expresar mi profunda indignación y preocupación por el trato recibido hace aproximadamente tres semanas por parte del servicio de emergencias del número 112, en un momento crítico y angustioso para mi familia. Mi padre, una persona de más de 80 años, sufrió una grave hemorragia a causa de un problema diagnosticado, lo que me llevó a llamar al citado servicio en busca de ayuda inmediata.
Durante la llamada, la persona que me atendió me informó de que se enviaría una ambulancia. Pasados unos minutos me di cuenta de que en ningún momento de la conversación había hablado de activar la alarma de asistencia de un doctor/ra. Repetí la llamada rogando que acudiese un médico a ver a mi padre, a lo que la enfermera del Samur (que no se identificó en ningún momento a pesar de solicitarlo) me preguntó si estaba consciente, y, al contestar que sí, me respondió de malas maneras con un "no va a ir a verlo ningún facultativo" (palabras literales), a lo que añadió tajantemente reafirmándose en la falta de asistencia médica: "No, ya está avisada la ambulancia y no voy a avisar a nadie más".
Ante su total ausencia de consideración y apoyo, tomé la decisión de desplazarme al centro de salud de Navelgas. Allí comprendieron la gravedad del estado de mi padre y acudieron en su ayuda inmediatamente; es más, viajaron tanto el doctor como la enfermera con él en la ambulancia desde Navelgas hasta el Hospital de Cangas del Narcea.
Es inaceptable que en una situación tan crítica como esta se nos niegue el auxilio necesario y se nos trate con indiferencia.
Vivo en Navelgas, un pequeño pueblo donde la mayoría de los habitantes son ancianos y dependen en gran medida de los servicios sanitarios. Ustedes hablan constantemente sobre las ayudas al medio rural, pero en la práctica no vemos resultados tangibles: somos ciudadanos de segunda clase. La lejanía geográfica parece ser una justificación para desatender nuestras necesidades más básicas, lo que resulta profundamente frustrante.
Es hora de que quienes tenemos voz en este medio reivindiquemos nuestros derechos y exijamos un trato equitativo con el resto de los asturianos. No somos "pocos votos", somos personas con derecho a recibir atención digna y oportuna, independientemente del lugar donde residamos. Como autoridades competentes, les reclamamos que reflexionen sobre esta situación y actúen en consecuencia, garantizando así un acceso adecuado a los servicios sanitarios para todos los habitantes del medio rural.
Agradezco su atención y espero que esta carta sirva para visibilizar nuestra realidad y contribuir al cambio necesario.
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