Dos fechas para la historia del Reino de Asturias
Según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, el jueves 20 de marzo de 2025 a las 10.02 comienza la primavera. No sé si en el año 842 sucedería lo mismo o habría que esperar al 21 para dar la bienvenida a la estación donde todo florece. Lo que está muy claro es que en esa fecha —un 20 de marzo del 842— entregaba su alma a Dios, con 82 años, Alfonso II de Asturias, el hijo de Fruela I y la cautiva Munia, el nieto de Alfonso I el Católico y Ermesinda, el bisnieto de Pelayo y la lebaniega Gaudiosa.
Y es una fecha para recordar porque con su muerte sin descendencia se pone fin a la genealogía que entronca directamente con Pelayo. Tras él viene Nepociano el Ciego, pariente de Munia, que dura un suspiro porque Ramiro I el Justo le usurpa el poder para continuar con la línea de sucesión iniciada por Alfonso I, hijo del duque Pedro de Cantabria, que fue rey al casarse con Ermesinda, la hija de Pelayo.
Alfonso II llevó el cetro más de cincuenta años. Continuidad que fortaleció el Reino de Asturias llevándolo a su máximo esplendor en la política, en el arte, en las relaciones exteriores con Bizancio o Carlomagno, de tal manera que Asturias no se puede entender sin Alfonso y el reinado del Casto deja una honda huella en Asturias. Huella que perdura hoy en día, donde cada 20 de marzo el Consistorio de la capital ovetense, que lleva por emblema en su bandera la Cruz de los Ángeles, celebra un responso en su honor. El acto es oficiado por el deán de la Catedral, D. Benito Gallego, en el lugar donde reposan sus restos, al fondo de la capilla conocida como la del Rey Casto, en el panteón real, panteón que el mismo Alfonso mandó construir en el centro de lo que fue la basílica prerrománica de Santa María.
Si el 20 de marzo del 824 es un día para la historia del Reino de Asturias, el 21 de marzo de este año no lo es menos, pues tiene lugar en Covadonga —cuna de España, reza su lema— el primer Encuentro de Embajadores del Reino Astur, una figura creada por la asociación de Amigos del Reino Astur con el fin de conocer y divulgar aquellos vestigios que se encuentren en los territorios que del 722 al 910 formaron parte del Reino de Asturias. Embajadores que vienen desde Portugal, Cantabria, León, País Vasco, Valladolid, Soria, Salamanca, La Rioja. Los de Galicia, Zamora, Burgos y Palencia sienten no poder estar presentes. Todos ellos son profesionales de prestigio en sus lugares de origen y recibieron este encargo con emoción y agradecimiento, no solo por el hecho en sí, sino también por recibir la banda que los hace poseedores del cargo en Covadonga, porque esas montañas nos hablan del origen, de la identidad de un pueblo.
La huella del reinado de Alfonso II el Casto, que falleció el 20 de marzo del año 842
El 21 de marzo tiene lugar en Covadonga cuna de España, reza su lema el primer Encuentro de Embajadores del Reino Astur
Gracias a Margarita Torres Sevilla, Rubén Vega Juárez, Raúl Romero Bartolomé, Pedro Luis Gallego Fernández, Begoña Gutiérrez San Miguel, Francisco Borge Cordovilla, Armando Besga Marroquín, Antonio Leitao Barbosa y Javier García Turza. ¡Gracias por atender la llamada de Amigos del Reino Astur!
Gracias también al abad de Covadonga, D. David Cueto, al Ayuntamiento de Cangas de Onís, al Gran Hotel Pelayo y a los patrocinadores que han entendido el alcance de nuestro proyecto: Caja Rural de Asturias, Cámara de Comercio de Gijón, Caja Rural de Gijón, el Taller de Maite Capín, Siluvio Bodegas y Viñedos, y ATOX, Sistemas de Almacenaje.
Estoy segura de que Alfonso II —desde esa dimensión donde se encuentra hace 1.183 años— seguirá este primer encuentro con interés y emoción. Al igual que los otros doce reyes y reinas de la monarquía asturiana.
Carmen González Casal es periodista, escritora y vicepresidenta de Amigos del Reino Astur
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