Estoy que fumo en pipa
Apuesto a que a un buen número de nuestros servidores de confianza de cierta edad nada les gustaría más que retirarse a sus casas y fincas cerradas y salir de la mafia de la política.
Pero con la mafia ocurre que, una vez que uno está dentro, no puede salir. Están muy bien pagados, tienen hipotecas, familias, estilos de vida, carreras y reputaciones en las que pensar.
Seguirán cualquier guion donde les paguen por seguirlo, porque ni les importan las instituciones, ni la calidad democrática, ni mucho menos los ciudadanos. A cambio, tendrán pesadillas con los espectros de las tragedias que hayan podido provocar.
Me refiero a personajes que nos "gobiernan" hoy, todos imputados, que más pronto que tarde pasarán a ser apestados y no les saludarán ni sus parientes del pueblo.
Son personas de un cinismo insultante, gentes de cuento, trinque, trola y engaño, lenguaje proletario y gustos de nuevos ricos, engañabobos consagrados, vagos y tóxicos.
Así las cosas, lo más importante es tener cada día una oportunidad para disfrutar de la vida mientras los demonios gobiernan y se pudren en su propio lodazal de mierda y perversión.
Está oscuro y estoy que fumo en pipa, después de soportar la presencia grotesca, provocadora y supremacista de la tal Míriam Nogueras, representante de Junts, y su desprecio a la bandera de todos, con la que cubre sus desvergüenzas y las de su partido.
Me autoimpongo cumplir con la ley, ser escéptico, cuestionar la autoridad y no apoyar a nadie que esté en el poder, ya sea Sánchez, Feijóo o cualquier otro, hasta que demuestren que están de nuestro lado.
No cuela lo de "héroes" antifranquistas, no quedan. Particularmente, esperé a que acabara la Guerra Civil para visitar el planeta Tierra, y solo recuerdo como "heroicidad" el haber vacilado a los "grises" en alguna manifestación en los 70, sin riesgo de cañones de agua, balas de goma, gases lacrimógenos, gas pimienta, pisotones de caballos y con pequeño riesgo probable y previsible de algún que otro porrazo o puñetazo en la cara. Fue todo.
La población en general siente que está bajo una amenaza existencial provocada por corruptos que nos mienten, que lo saben y que saben que lo sabemos. Si nosotros estamos en riesgo, nuestros militares, jueces y policías deberían ser conscientes de que ellos, sus esposas e hijos también lo están, y tomar partido.
A día de hoy, solo la valentía impresionante de jueces como J. C. Peinado y un grupo de funcionarios honestos y leales posibilitan que este país tenga un poco de esperanza. Los jueces, UCO y sindicatos policiales tendrán que ver cómo se organizan para defender a los inofensivos ciudadanos, si no... adiós.
Rechacemos la propaganda, la retórica polarizadora y las tácticas de "nosotros contra ellos" que reducen el poder de las masas populares a facciones en guerra e impotentes.
Espero no armar tanto alboroto que me arresten y me metan en el gulag, o, al menos, me pongan en cuarentena en alguna instalación, por negarme a tomar un antídoto para evitar un virus provocado por las ratas, cucarachas y comadrejas de dos patas que comparten nuestras vidas..., pero, ya digo, estoy que fumo en pipa.
Creímos en promesas incumplidas, cerramos los ojos y, engañados, vivimos el sueño del paraíso prometido. No se me ocurre un castigo más refinado.
Saludos cordiales.
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