Despedida a mi maestro
Conocí a Joaquín Bertrand allá por 1996, cuando por el verano, tras acabar el tercer año de la carrera, aproveché el tiempo libre para realizar una rotación voluntaria en el servicio de Urgencias del Hospital de Cabueñes con el visto bueno de la jefa en aquella época, la doctora Guadalupe de la Riva.
En aquella rotación, Joaquín (Dr. Bertrand) consiguió que yo me enamorara de la medicina de urgencias y sembró lo que espero que hoy haya dado sus frutos. En todo momento estuvo pendiente de mis movimientos para ver si este “Pequeño Saltamontes”, que así me llamaba, servía para trabajar en la urgencia.
Años más tarde, tras aprobar el MIR, tenía unos meses libres y solicité volver a rotar en el servicio de Urgencias del Hospital de Cabueñes… Cuando me vio, me dijo: “Sabía que volverías”. Esos tres meses que me pasé allí aprendí de él lo que no estaba en los escritos, y no se me olvidará una frase: “Pequeño Saltamontes, si quieres ser buen médico de urgencias, vete a un comarcal”.
Pues gracias a ese consejo llevo más de 20 años dando zueco en la urgencia de un hospital con los sabios consejos de Mi Maestro. Espero llegar a ser tan bueno y tan querido como tú…
Hoy, tras el mazazo que supuso conocer la noticia de su deceso, no puedo menos que escribir estas líneas en agradecimiento porque gracias a él soy lo que soy.
¡Muchas gracias, Joaquín!
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