La mina fue progreso para todos y tragedias constantes para las familias mineras
Si durante el último siglo y medio, nos hubiéramos planteado cuál es la energía menos peligrosa para los trabajadores, todavía estaríamos calentándonos con leña y viajando en burro.
Por eso a los mineros había que ponerles en la historia como verdaderos héroes que fueron: trajeron progreso para todos, y mucho esfuerzo, miedo y dolor para ellos.
Nadie sabe el miedo y esa sensación de peligro constante que sentía un picador cada día cuando percibía la presencia de ese enemigo oculto y mortal como era el grisú, además de otros gases y peligros naturales que encerraba esa labor. Sin obviar el esfuerzo sobrehumano, el tener que hacerlo todo a destajo: tanto rindes, tanto cobras. Por eso ahora eso de la igualdad por el mismo trabajo me suena a sorna y capricho, ningún picador cobraba lo mismo que los demás, incluso aquí había matices, no siempre quién ganaba más era el mejor, dependía de punto, serie o tajo que te tocara, por su dificultad, dureza, gas, potencia, buzamiento, peligrosidad...
Las minas dieron progreso a este país, los mineros y sus familias vivieron tiempos de salarios ridículos para pasar a ganar un buen sueldo, pero nadie sabe como ellos lo que costaba ganarlo, los compañeros perdidos en accidentes laborales, los hijos sin padres por muertes prematuras por la explotación del carbón; no solo accidentes mortales, silicosis, antracosis, bronquitis, enfisema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades laborales de todo tipo...
La mina es muy bonito visitarla, aconsejaría a todas las asturianas y asturianos que visitaran el Pozo Fondón, está abierto para ser visto en primera persona, nada que ver con estar ganándose el pan en pleno ajetreo de ruidos, peligros, polvo, derrabes, y la coordinación de cientos de mineros y categorías encadenando la labor de extraer y transportar el carbón y escombros al exterior. Pero sí encontrarán una imagen bastante cercana a lo que se hacía y el cómo lo hacían.
Mi más sentido pésame a las familias de esos cinco mineros fallecidos en accidente, fue una constante en las vidas de los mineros. Por eso nadie se puede poner en la piel del minero, ni su familia siquiera. Solo los mineros saben lo que es pasar noches sin dormir pensando dónde tenían que meterse en cada mañana siguiente. Es cierto, llegas a superarlo con el tiempo por obligación. Luego, estas allí dentro, y serías capaz de dar tu vida por salvar la de los demás, para rescatarlos e incluso sacarlos muertos.
Gracias, mineros.
Buena gente fuisteis para que nadie hable por vosotros.
Un abrazu inmenso para todos.
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