Siero aniquila su patrimonio etnográfico
Los ciudadanos de Asturias estamos habituados al mal uso del poder que hacen algunos ayuntamientos modificando sin ningún respeto la fisonomía de nuestros pueblos, ciudades y villas, no para mejorarlas en muchos casos, sino para adaptarlos a una supuesta modernidad uniforme, que cada vez hace que se parezcan más los espacios públicos de todos los lugares.
Abundan ejemplos de mala gestión municipal que ha derivado en la pérdida de muchos bienes históricos, culturales y etnográficos. En este caso, es el Ayuntamiento de Siero el que pone en práctica el mal uso de su capacidad de dictar normas estableciendo un criterio de interpretación uniforme para uno de los artículos de su Plan de Ordenación Urbana y poniendo en peligro elementos distintivos del medio rural asturiano como son nuestros caminos vecinales y los cierres tradicionales.
El mencionado Ayuntamiento ha publicado en un reciente BOPA (26-01-2011) un anuncio que establece que, para edificar en una finca del concejo, es imprescindible retirar el cierre hasta donde dictan sus normas (tres metros del eje del camino), independientemente del tipo de cierre y de su antigüedad.
¿Cuál es la consecuencia inmediata de este criterio de interpretación? En primer lugar, si un vecino quiere edificar en una finca que tiene un hermoso y hasta centenario muro de piedra de dos metros de altura, deberá derribarlo para que el Ayuntamiento le conceda una licencia para construir, si este muro se encuentra a menos de tres metros del eje del camino. Quienes conocemos Siero sabemos que la mayoría de sus caminos (incluyendo los rodados) no tienen seis metros; por lo tanto, muchos muros van a caer con esta medida.
La motivación del Ayuntamiento parece clara: ensanchar caminos a cuenta de las nuevas edificaciones anticipando hipotéticas necesidades futuras de carretera y evitándose posibles procesos de expropiación. ¿No sería más lógico establecer qué carreteras serán necesarias en lugar de exigir demoliciones indiscriminadas, haga o no falta?
Esta política de tierra quemada y de desprecio por los cierres de piedra del concejo de Siero (y de otros concejos que hacen interpretaciones similares) constituye un daño irreparable a nuestro patrimonio. Los muros de piedra que existen en Asturias son propios de nuestra comunidad y muy diferentes, por ejemplo, de los de Lugo, donde tanto el tipo de piedra como el proceso constructivo, y la disposición del material son completamente diferentes. Los pueblos de Siero nunca serán los mismos si no queda rastro de unos elementos tan característicos del paisaje como son los cierres típicos asturianos.
Los ayuntamientos deben dictar normas para la conservación del paisaje tradicional asturiano con sus característicos caminos y cierres, y no obligar a su destrucción o permitir que se modifiquen al albur y al gusto de los propietarios de las fincas colindantes. Proteger el paisaje no consiste en cubrir caminos únicos con asfaltados innecesarios, ni convertir nuestros pueblos en una especie de urbanizaciones, con casas y cierres salidos de la última oferta de Leroy Merlin.
Los ayuntamientos deben igualmente dotar a los pueblos de las infraestructuras necesarias para asegurar el desarrollo sostenible del medio rural asturiano. Esto incluye la construcción de carreteras cuando sea necesario para mejorar la comunicación entre dos pueblos. Pero esto ha de hacerse con el respeto al propio medio rural, tratando de armonizar tradición y desarrollo.
Pedimos al Pleno del Ayuntamiento que revise su decisión para que se haga una valoración específica de cada caso en el momento de la construcción de una carretera y se tenga en cuenta la existencia de cierres de piedra que merezcan ser conservados. Proponemos una nueva redacción del criterio de interpretación, mucho más flexible y respetuosa con el bien común:
La corrección o retirada del cierre de la finca será obligatoria, excepto cuando los cierres preexistentes tengan valor histórico, etnográfico o paisajístico acreditable. En dicho caso, el Ayuntamiento hará un estudio de la viabilidad del camino adyacente, previo a la concesión de la licencia de obras.
Esther G. Junco y 16 firmas más, Siero
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