La Nueva España » Cartas de los lectores » "Más capa que las cebollas"

"Más capa que las cebollas"

6 de Abril del 2025 - Ángeles Menéndez Muñiz (Corvera de Asturias)

Hoy el tema va del desconocimiento sobre las personas.

Nunca conocemos a quien nos rodea; como escuche decir de niña, "tienen más capas que las cebollas".

En realidad cuando conocemos a alguien nos quedamos con la primera impresión y esta engaña mucho, porque siempre te muestran la cara amable, su lado solidario, empatía a raudales... Pero a poco que rasques y, sobre todo, observando sus hechos sabes que todo se derrumba.

Hay un dicho popular que retrata una verdad absoluta:

"Conocemos a la pareja en el divorcio, a los hermanos en las herencias, a los hijos en la vejez y a los amigos en los malos momentos". Y así es, en realidad nos movemos por el

interés. "¿Por qué me quieres, Andrés? -Por el interés. -¿Y por qué más? -Por lo que me das.

La vida es un constante trueque, en mi larga andadura por este valle de lágrimas he visto de todo: personas que hacen el bien y ayudan en silencio, personas que lo que hacen es de corazón sin esperar nada a cambio, personas tan sensibles que cuando ven cosas injustas sufren lo indecible porque no pueden hacer nada...

Pero también veo muchas personas manipuladoras, muchos fantasmas que van de lo que no son, mucho postureo... en fin.

No me arrepiento de lo que hice, yo me guío por lo que el corazón me dice, pero si hoy pudiera dar marcha atrás, no lo volvería hacer.

Además de la mía he cargado con mochilas que no me pertenecían ni tenía por qué cargar y para encima los dueños de dichas mochilas siempre pensaron que era mi obligación. Nunca se pararon a pensar que tenía mucho encima y consideraron que era algo que tenía que hacer.

No todos los que se dicen amigos lo son. Normalmente se acercan porque es una manera de intentar conseguir algo. Sin lugar a dudas todos tienen su motivo, entonces todo son loas y parabienes, una vez conseguido su propósito se alejan; si no lo consiguen también se van pero con cierto rencor porque no han conseguido lo que pretendían y asoman la patita muy sibilinamente como quien no quiere la cosa, mostrando su verdadera personalidad.

Hoy en día se ha perdido todo lo valioso que teníamos, la amistad, la lealtad, el compañerismo, nada de eso hoy está en alza. Hoy se pisan cabezas con tal de conseguir un minuto de gloria.

Entre compañeras, cuando la sororidad brilla por su ausencia, salen los cuchillos a relucir y se matan entre ellas porque todas quieren ser protagonistas, todas quieren brillar, cada una se piensa que es la gallina del corral.

Con razón dicen que la mayor enemiga de la mujer es otra mujer. Qué pena me da ver que no han entendido nada. Bueno, irán aprendiendo cuando la vida les ponga en el lugar que les corresponde. Entonces se darán cuenta de que todo es efímero, que los egos de nada sirven, que han perdido mucho por el camino de la vanidad, y lo perdido no se vuelve a recuperar.

Esto mencionado lo hago extensible a todas las relaciones: pareja, hermanos, hijos, amigos.

Afortunadamente, cuento con poquísimos amigos (y cada vez menos), me sobran dedos de una mano, pero esos pocos son lo mejor, porque en momentos difíciles siempre han estado.

Los demás, conocidos de la vida que con sus acciones me han demostrado que del dicho al hecho hay un gran trecho. Aunque para no faltar a la verdad hay excepciones que confirman la regla.

Por todo lo expuesto, cada día socializo menos, mi paz mental no es negociable.

Mi camino cada vez se hace más corto, pero lo recorreré de la mano del amor de mi vida (mi hijo), porque en mis peores momentos me ha demostrado que está ahí con hechos, con su sonrisa, su cariño y su colaboración. Si además me acompaño de buena lectura y buena música, ya no necesito más.

Solamente pido prórrogas a la vida para acompañar a lo que más quiero unos años más, y también respuestas que no llegan respecto a su incierto futuro.

Si no fuera por él no me importaría dejar este mundo cada vez más caótico y descansar de una buena vez. Después de 49 años siendo la principal cuidadora de mi hijo con DC bien me merezco una jubilación y esta solo llegará cuando me vaya para el Corral de los quietos, (cementerio).

Cuando esto suceda saldrá la gente falsa a llorar lágrimas de cocodrilo, también habrá quien llore de alegría, aunque lo disimulará porque no está bien visto.

En fin, nada nuevo bajo el sol, al final la vida es puro teatro.

Cartas

Número de cartas: 49001

Número de cartas en Diciembre: 124

Tribunas

Número de tribunas: 2175

Número de tribunas en Diciembre: 3

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador