Pasar hambre es que el salario no dé para llegar a fin de mes
Un amigo me dice que en España hoy no pasa hambre nadie. Si interpretamos hambre como no tener nada de comer podría tener un pelín de razón, que no la tiene, las colas de Cáritas y las cocinas económicas lo corroboran.
Cuando se habla de dignidad, el comer es tener un trabajo fijo y un salario que te dé para las necesidades básicas: vivienda, vestido, comida variada y saludable para sus hijos, donde el pescado, la fruta y la carne entren en ese menú; poder costearse guardería, libros, matrículas para sus hijos, residencia de ancianos para sus padres o abuelos si fuera esa la decisión y necesidad a elegir, mas todos los demás añadidos en forma de transporte, carburantes, electricidad, calefacción, aire acondicionado, seguros... en fin, lo básico en nuestro día a día.
Amigo mío, de una pensión media en España de 1.308 euros, y de un salario medio que dentro de la UE estamos en el puesto 12.º, donde los dos primeros nos duplican y los tres siguientes casi, con un desempleo de los mayores de la UE, sobre todo en jóvenes, que se ven imposibilitados para emanciparse, ya que solo la vivienda les llevará según donde residan y tengan su trabajo hasta la mitad del sueldo. Así que no se puede decir que en España no pasa hambre nadie. Todos vemos cómo se ha encarecido la vida en estos tres últimos años, la cesta de la compra, la luz, los carburantes, los coches, un coche no es un artículo de lujo como se quiere hacer ver, es una necesidad en el día de hoy, un coche utilitario está fuera del alcance de muchas familias sin quitarlo de otras necesidades básicas. Vienen imprevistos que para muchas familias son enormes sacrificios, como estropearse los electrodomésticos, reparación de vivienda, medicamentos, fisioterapeutas, prótesis dentaria, gafas, actividades preescolares de los niños, sanidad privada, ya que la pública no tiene tiempo de atendernos a tiempo por esas listas de espera que son negligencia permitida, hasta para el médico de cabecera hay que esperar días para ser atendidos, incluso por teléfono... ¿sigo? Creo que sí, sí hay muchas necesidades en muchas familias que no queremos ver que existen.
Para todo eso tenemos políticos que debieran facilitarnos una calidad de vida digna. Pero están a lo suyo.
Hoy en día todavía se sostiene todo sobre los abuelos y padres, sus pensiones arreglan ese agujero de pobreza salarial, que es la peor de las pobrezas, el tener un trabajo, dos incluso, y que ese salario no te llegue para terminar el mes sin saber cómo estirarlo más.
Mal que bien, sus papás, nosotros, supimos luchar por salarios dignos, por una sanidad pública que ahora están desmantelando, por pensiones que ahora ven imposibles de sostener... en fin, que no, no se vivía mejor con Franco, se carecía de todo, pero sí en los principios y un poco antes de la Transición, se generó un sistema laboral del sector primario que hizo de motor de los demás sectores, y eso duró hasta hace unos años, en que todo empezó a desmoronarse, ya no hay trabajo estable para emprender, arriesgarse a construir, invertir, comprar y gastar. Solo pura subsistencia para el 60% de la población.
No verlo es vivir de espaldas a la ciudadanía.
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